HONDURAS - TU PUEBLO NO ESTA SOLO,
AMERICA TE ABRAZA




América por Honduras
de Osvaldo Gutiérrez Gómez

Honduras,
América te abraza

El presidente Zelaya, en los dos últimos años, había realizado un giro hacia la centro-izquierda en sus posiciones políticas, abriendo nuevos horizontes para los desposeídos de su empobrecida nación y articulando el destino de su patria a procesos revolucionarios e integradores en Nuestra América. Su pensamiento se había radicalizado -palabra que proviene etimológicamente de raíces-, retomando un discurso patriótico, antiimperialista y latinoamericanista. Algo nada asombroso cuando una personalidad política concientiza desde el poder cual es el verdadero rol que debe desempeñar como gobernante por, para y hacia las grandes mayorías de su pueblo.

Las pruebas de resistencia del pueblo hondureño ante casi un mes de golpe de estado militar y fascistoide nos indican que los movimientos sociales y políticos de esa hermana nación estaban trabajando desde hacia algún tiempo atrás en la preparación de sus fuerzas más avanzadas. La rapidez de las movilizaciones, las comunicaciones alternativas establecidas, los métodos de lucha empleados, la alta moral cívica y patriótica demostrada, el sentimiento democrático de los más pobres y desposeídos, el enfrentamiento sin miedo ante la policía y el ejército, nos dicen mucho
de la toma de conciencia política de esa nación.

Esa práctica revolucionaria, diversa y heterogénea, ha sido una lección para los demás países latinoamericano-caribeños y una auto-enseñanza para ellos mismos. De una República Bananera, amparada bajo un Tratado de Libre Comercio con los EE.UU., la nación hondureña y su pueblo han demostrado que no existe amnesia histórica, ideológica y política que pueda hacer olvidar las grandes tradiciones de lucha y los combates acontecidos a lo largo de siglos de existencia, desde la civilización Maya hasta la actualidad, donde el mestizaje se convierte en un elemento muy explosivo para los oligarcas y el imperialismo yanqui. Ante los indefinidos detenidos, los torturados, los asesinados, las largas listas de captura, los toques de queda, los estados de excepción, el miedo y el terror de las bandas paramilitares y los mediáticos, la desinformación intencionada, el pueblo hondureño no se ha cansado y dispersado. Están en los límites de la frontera con Nicaragua para recibir y reponer a su presidente legítimamente elegido en las urnas, y continuar el proceso de radicalización de su proceso democrático. No han cejado en su empeño de relanzarse a la historia real, la que escriben los hombres sin historia aparente, la historia de los vencidos pero no domesticados, la historia de los insumisos de siempre.

Una traición a esta altura al pueblo hondureño podría desencadenar una lucha más radical y revolucionaria. Y a eso teme la Hillary Clinton, el Pentágono y la CIA. La “Caja de Pandora” se ha destapado y el temible “topo de la historia” está afuera, signando una revolución social de inusitadas dimensiones. Ese temor del mayor Imperio de la historia es significativo por las ocupaciones y preocupaciones que se le han agolpado de pronto, y que ya tienen su respuesta ante el anuncio de la apertura de cinco bases militares norteamericanas en Colombia. El pequeño pueblo hondureño, demográficamente hablando, es un gigante por las ideas justas que defiende y ese poder unilateral capitalista mundial les ha tomado miedo.

No sería vano recordar a José Martí en este momento: “Es la hora de los hornos y de la marcha unida,
y hemos de andar en cuadro apretado como la plata en las raíces de los Andes”.

*Extracto de un artículo del Dr. Orlando Cruz Capote, Investigador Auxiliar, Instituto de Filosofía, Cuba

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