Memorias de primavera:
El último discurso de Salvador Allende


PANTALLAZOS DEL PUENTE.
UN RINCONCITO DE LA PALABRA,
LA MIRADA Y LA MUSICA.


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Nuestro solo derecho es empezar otra vez
bajo la luz del sol sereno

Juan Gelman, Otras partes

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1) SALVADOR ALLENDE.
11 DE SETIEMBRE DE 1973.

Tienen la fuerza. Podrán avasallarnos.
Pero no se detienen los procesos sociales,
ni con el crimen, ni con la fuerza.
¡La historia es nuestra!
Y la hacen los pueblos.


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* El último discurso de Salvador Allende.
El último discurso de Salvador Allende fue pronunciadoa las nueve y veinte
de la mañana del 11 de setiembre de 1973.
A las doce será bombardeado el Palacio Presidencial (Palacio de la Moneda).
Alrededor de las dos de la tarde muere Allende.

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Transcribimos a continuación una parte de dicho discurso

“... Mis palabras, no tienen amargura sino decepción y serán ellas el castigo moral
para los que han traicionado el juramento que hicieron...
Ante estos hechos sólo me cabe decirle a los trabajadores:
¡Yo no voy a renunciar!

Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo.
Y les digo, que tengo la certeza, que la semilla que entregáramos a la conciencia digna
de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente.

Tienen la fuerza. Podrán avasallarnos.
Pero no se detienen los procesos sociales,
ni con el crimen, ni con la fuerza.
¡La historia es nuestra!
Y la hacen los pueblos.

Trabajadores de mi patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre, que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra de que respetaría la constitución y la ley y así lo hizo. En este momento, definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unido a la reacción, creó el clima para que las fuerzas armadas rompieran su tradición, ...la que les enseñara Schneider..., víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas, esperando con mano ajena reconquistar el poder, para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.

Me dirijo sobre todo a la modesta mujer de nuestra tierra. A la campesina que creyó en nosotros. A la obrera que trabajó más. A la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la patria, a los profesionales patriotas... Me dirijo a la juventud: aquellos que cantaron, entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile. Al obrero, al campesino, al intelectual...

¡El pueblo debe defenderse! Pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar. Pero tampoco puede humillarse. Trabajadores de mi patria: tengo fe en Chile y su destino. Superará [con] otros hombres este momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo, abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!
...tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano...”

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EL ÚLTIMO DISCURSO DE SALVADOR ALLENDE.

Enlace audiovisual (8’15”)
(El audiovisual incluye la transcripción completa del discurso)

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EL ÚLTIMO DISCURSO DE SALVADOR ALLENDE


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* Salvador Allende. Película de Patricio Guzmán.
Dirección y guión: Patricio Guzmán
Países: Chile, Francia, Bélgica, Alemania, España y México
Año: 2004
Duración: 100 minutos
Género: Documental https://www.arcoiris.tv/scheda/es/992/

Una película de absoluta actualidad por cuanto encarna la figura de Salvador Allende, por la heroicidad de las luchas populares que narra, porque pone al desnudo la criminalidad extrema de liberalismos (y neoliberalismos) y de las democracias exportadas (por Estados Unidos u otros civilizadores de turno). Encierra el drama de un fracaso que interrogó y continúa interrogando profundamente a todos aquellos que no han dejado de creer en la posibilidad de un mundo más humano, más digno y más justo.


De Eduardo Galeano en
El libro de los abrazos ««-»»

2) LA NOCHE DE LOS LÁPICES.
En Argentina, las locas de Plaza de Mayo, serán ejemplo de salud mental,
porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.

Eduardo Galeano, El derecho de soñar

Ilustración de Carlos Alonso,
en Juan Gelman, Bajo la lluvia ajena

Los seis desaparecidos secuestrados el 16 de setiembre de 1976
Claudio de Acha, de 17 años
María Clara Ciocchini, de 18 años
María Claudia Falcone, de 16 años
Francisco López Muntaner, de 16 años
Daniel A. Racero, de 18 años
Horacio Ungaro, de 17 años

“La noche de los lápices” hace referencia a los hechos ocurridos en la ciudad de La Plata, Argentina, el 16 de setiembre de 1976. Las víctimas de la represión dictatorial fueron en su mayoría estudiantes de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios) de la ciudad de La Plata.
El operativo fue realizado por el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejército y por la Policía de la provincia de Buenos Aires, dirigida en ese entonces por el general Ramón Camps.
Los hechos, el contexto, el sentir de los estudiantes que fueron víctimas y el número mismo de las víctimas, se cristalizaron luego en la película “La noche de los lápices”, basada en el libro del mismo nombre de María Seoane, publicado en 1986. Méritos del libro y de la película creo que fueron el “no te olvides”, el estimular el no te olvides ni de esos tiempos ni del sentir de tanta muchachada, y, como consecuencia de ese mismo no te olvides, ayudar a recuperar identidad y proyectar futuro, ya desde esos primeros años de post-dictadura. Fue sin embargo una cristalización que inclusive los mismos sobrevivientes de los hechos narrados cuestionaron en elementos básicos de la narración; sobrevivientes y también ellos protagonistas, forzados protagonistas en cuanto también víctimas de secuestro, tortura y encarcelación durante años, forzados protagonistas de aquella noche de los lápices.
Dice Gustavo Calotti, ‘el Francés’, uno de los sobrevivientes: “Se construyó una historia con el boleto estudiantil y se hizo de ésta un símbolo que vació el contenido”. Y ¿cuál sería ese contenido?: “Yo empecé a militar a los 14 años, el año [1972] que mataron a los 22 guerrilleros en Trelew y que volvió Perón. Nosotros éramos producto de ese proceso: militantes populares, no del boleto estudiantil, queríamos hacer la revolución”.
Emilce Moler, otra de las sobrevivientes, en la actualidad docente de matemáticas, que en la época de los hechos tenía 16 años y cursaba 5° año en el Bachillerato de Bellas Artes, de manera similar polemiza severamente con esa versión difundida por el libro (película) según la cual su secuestro y el de los otros chicos estuvo relacionado con la lucha por el boleto estudiantil. “Nos detuvieron porque éramos militantes de la UES, no fuimos ‘víctimas inocentes’”.
Y no sólo se vacía el contenido de esa noche, de esas tantas noches como dice Gustavo Calotti, sino que injustamente se llega a ignorar a tantos de los protagonistas víctimas de ese proceso. Afirma Gustavo: “En el relato ‘oficial’ ni siquiera están los que dirigieron la luchas por el boleto”. Y, con gran dolor, porque no es “víctima inocente”, porque no es sólo una sobreviviente de esa noche, Emilce Moler constata que en esa “versión oficial” ella no aparece dentro del grupo de chicos secuestrados. “Soy una doble desaparecida” dice, siente. Y continúa diciendo: “¿Por qué, si yo fui secuestrada esa noche con todos esos chicos, no aparezco en ese relato?”.

***

“Nuestro solo derecho es empezar otra vez / bajo la luz del sol sereno”, bajo la luz de los protagonistas víctimas de aquellas noches de los lápices. Nuestro solo derecho es sobrevivir sobreviviéndolos, sobreviviendo sus historias, las de todos los que fueron capaces de mirar más allá de sus propias vidas, de los conocidos y de los nadie, de los que ya no están y de los sobrevivientes. Nuestro solo derecho es empezar otra vez, proyectar futuro sobreviviendo la infinita historia de nuestros pueblos en su lucha por el hombre nuevo.

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LA NOCHE DE LOS LÁPICES
Dirección, Héctor Olivera; Producción, Fernando Ayala; Guión, María Seoane, Héctor Ruiz Nuñez (obra teatral), Daniel Kon, Héctor Olivera (adaptación);
Argentina, 1986; Duración, 95 minutos.

Enlace a la película completa (1h31’47”)
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LA NOCHE DE LOS LÁPICES


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3) JORGE JULIO LÓPEZ. ESCÚCHALO.
... en vísperas de aquella primavera
los gorriones se detuvieron
para contemplar tu ausencia



* Palabras para Julio
Cada tanto los especialistas
en construir renombres
y tejer olvidos
se ven obligados
a usar sus letras de molde
para decir que alguna vez
fuiste, exististe,
estuviste entre nosotros.

Cada tanto tu nombre reaparece
para recordarle a los olvidadizos
que en vísperas de aquella primavera
los gorriones se detuvieron
para contemplar tu ausencia
y echaron a volar
para reclamar por tu ausencia.

Cada tanto algunos,
los imprescindibles,
los que multiplican tu rostro
que se mezcla entre la multitud,
tienen la extraña “buena suerte”
de poder asomarse al ventanal
concedido sólo a los famosos
para recordarle a tus verdugos
que tampoco nos olvidamos de ellos.

Claudia Abraham
Argentina, Setiembre de 2011

De Helen Zout, Jorge Julio López,
sobreviviente del centro clandestino Arana, La Plata, 2000;
Serie “Desapariciones” 2000-2006.

* Porque lo silenciaron, escúchalo.
Jorge Julio López

Detenido - Desaparecido entre junio de 1976 y octubre de 1979.
Testigo en el juicio a Miguel Etchecolatz, ex - Comisario
y Director de Investigaciones de la Policía bonaerense
y responsable de Centros Clandestinos de Detención.

Julio López desapareció nuevamente en la ciudad de La Plata el 18 de setiembre de 2006,
mientras el Tribunal Oral Federal de esa ciudad se aprestaba a concluir el mencionado juicio.
El testimonio de Julio López fue de vital importancia para la
condena a cadena perpetua del genocida Miguel Etchecolatz.

PORQUE LO SILENCIARON, ESCUCHALO.
Enlace audiovisual (8’03”)

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PORQUE LO SILENCIARON, ESCUCHALO.



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