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Acompañando a las mujeres afro de Venezuela

Acompañando a las mujeres afro de Venezuela

“Gracias a la vida,
que me ha dado tanto,
me ha dado la risa,
y me ha dado el llanto...”


Tarsila do Amaral
(Capivari, 1886 - 1973, San Pablo, Brasil)
Abaporu
1928. 85,3 x 73 cm.
Óleo sobre tela.
Museo de Arte Latinoamericano
de Buenos Aires (MALBA)

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Acompañando a las mujeres afro de Venezuela
por Sandra Angeleri

En mis intentos por cambiar la sociedad, he descubierto la necesidad de transformarme a mí misma. Esto significa que no es suficiente imaginar relaciones sociales más decentes y democráticas. Es necesario aprender a convertirme en una persona capaz de vivir esas relaciones en el presente separándome de las normas y valores egocéntricos, materialistas y competitivos del medio social que nos rodea. Mi búsqueda de auto-transformación es un esfuerzo colectivo basado en conexiones con otras, es una lucha persistente que necesita superar mi formación, desarrollar el hábito de escuchar y buscar maestras en todo momento.

Las maestras que necesito no son necesariamente expertas acreditadas que ofrecen instrucción en las aulas. Expreso aprecio para con las personas con conocimientos profundos –al fin y al cabo, no niego que soy una profa de la UCV– pero también quiero expresar las diferentes clases de lecciones que he aprendido de quienes han desarrollado una capacidad inmensa para el amor en un mundo que a menudo hace que la gente no sea amable, es más, incluso hace que se piense que las otras personas, aparentemente,
no son dignas de ser amadas.

Uso la palabra acompañamiento para describir esta práctica. Se nos presentan como las maestras. Llegaron para decirnos que el racismo es parte integral y no parte periférica y tangencial del capitalismo, que el racismo tiene lugar no por el carácter irremediablemente racista de quienes, como individuos, no son indígenas o negros o afrodescendientes, sino porque el proyecto racial del privilegio blanco es útil para las élites como mecanismo para preservar la jerarquía, la explotación y la desigualdad en la sociedad en general, y han comenzado a pensar que lo que ha hecho la población blanca
no lo hicieron porque fueran blancos.

El sistema de clases fue un proyecto racial que describía a quienes tenían propiedades como completamente humanos, mientras que las y los desprovistos de propiedades –y del derecho a tenerlas– eran concebidos como menos que humanos. Cuando los europeos atacaron a los pueblos de América, de África y de Asia, la ideología y la política del capitalismo hizo de la raza una cosa –la reificó– y más tarde, la biología y la antropología inventaron la categoría pseudo-científica raza a efectos de justificar la desposesión
y la explotación de los no-europeos.

Entonces, si la mayoría de la gente cree que la raza es una construcción social, ¿qué significa decir que la raza existe y por qué importa (o no importa) organizarse como mujeres afro en Venezuela?

Las construcciones raciales suelen ser específicas de épocas, idiomas, culturas y estados nacionales y vistas como constructos sociales se crean para distinguir una población de otra. Son siempre relacionales –a veces por contraste, en ocasiones trianguladas– y coyunturales: funcionan en un espacio y un tiempo particulares.

Quiero pensar la construcción social de la raza desde un punto de vista pedagógico. Para mis estudiantes la idea de que la raza es una construcción social no tiene mucho sentido. Les parece muy poco creíble hablar de la raza como una construcción social cuando su realidad material –su cabello rizado o liso, su color de piel, su familia y territorios de origen– marca sus vidas personal y socialmente. Suelo comentarles que lo único que tiene la población blanca y mestiza que la población negra e indígena necesita es el poder. Ahora bien, la razón por la que esto es significativo en el contexto de la pregunta central sobre el antirracismo y los feminismos, es porque esta afirmación critica que en el ser de color blanco haya algo esencial que le conecte con algún tipo de noción de superioridad, y muestra que se trata de las formas en que el poder crea este tipo de categorías que perpetúan realidades materiales. Y esto sí tiene mucho sentido para mis estudiantes, porque a partir de relacionar el color con el poder profundizan una toma de conciencia que les lleva a centrarse como sujetas agentes. Es por esto que siempre que hablamos de raza tenemos que tener en cuenta que ésta significa dos cosas. Significa lo que se te atribuye, lo que el policía, el juez, la profesora o las feministas creen que eres, pero también es lo que tú haces con eso.
Es descripción y aspiración al mismo tiempo.

¿Qué es entonces el privilegio blanco? No es tanto un color como una condición. Es una ventaja estructurada y estructurante que canaliza ganancias, enriquecimientos hacia la población racialmente hegemónica mientras impone obligaciones inmerecidas e injustas en el camino de la población no hegemónica. Las políticas públicas y los prejuicios particulares trabajan al unísono para hacer del privilegio blanco una inversión responsable de las jerarquías raciales de nuestra sociedad.

Si la raza no existe desde el punto de vista biológico pero sí existe el privilegio relacionado con la clase ¿por qué mencionar la raza? Muy pocos problemas pueden resolverse fingiendo que no existen. Sostengo que los problemas relacionados con la discriminación racial requieren soluciones basadas en la raza y que quienes dicen que no hay que ver el color de las personas se equivocan al pretender que los problemas raciales se resuelven mediante la ceguera ante la racialización. Esta postura no elimina el color, sino que refuerza el privilegio blanco como la norma no marcada con la que se mide la diferencia.

Con frecuencia, algunas feministas responden a mi afirmación sobre la centralidad de la racialización de espacios y de seres humanos para el capitalismo patriarcal, reiterando el dogma que plantea que las relaciones de clases son reales mientras que las relaciones raciales son constructos sociales de importancia secundaria y tangencial. La idea que prevalece es que, ante la discriminación racial, podemos y debemos hacernos los ciegos y mudos tanto en el ámbito público como en la vida privada. Se nos dice que es divisivo requerir justicia racial y utilizar la acción racial políticamente.

Esta ceguera con respecto a lo racial nos lleva a la inactividad en relación a las injusticias raciales. Es una afirmación sin un plan de lucha. Esperar que las instituciones sociales del Estado reparen las lesiones raciales sin hacer referencia a la raza es como tener que pedir direcciones
a un destino que no se permite nombrar.

Los privilegios inmerecidos inmanentes al privilegio blanco se reparan mediante una toma de posición política conducente a la responsabilidad y la acción. Las invocaciones de neutralidad racial ocultan una lealtad duradera a las evasiones de la responsabilidad y las prácticas de negación y rechazo propias, como nos dice Ligia Montañez, del racismo oculto de una sociedad que se piensa y siente no racista.

Tengo edad suficiente para darme cuenta de que las personas buenas y malas vienen de todos los colores, que tanto la virtud como el vicio caracterizan a cada comunidad. Pienso más sobre lo que significaba para mí ser blanca en un mundo donde las ventajas del privilegio racial se transforman en desventajas de otras personas. Conozco la forma en que la segregación residencial y la discriminación racial sesga las oportunidades de vida a lo largo de líneas raciales. Creo, sin embargo, que centrarse en las desventajas de la población negra desvía la atención de las ventajas no ganadas que genera el privilegio blanco.

El acompañamiento que defiendo implica esfuerzos concentrados para cruzar las barreras –a menudo invisibles– que dividen a las personas en situaciones diferentes. Concibo el acompañamiento como una herramienta para llevar a cabo, expandir y profundizar el reconocimiento de nuestra dependencia mutua de lo común. Prácticas de acompañamiento que nos brinden herramientas para elevarnos por encima de nuestras diferencias y luchar unidas, aunque no seamos ni queramos ser idénticas.

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Referencias y fuente:
Sandra Angeleri. Profesora Titular jubilada
de la Escuela de Antropología de la Universidad Central de Venezuela.

Ensayo publicado originalmente en el libro:
Poesía afrovenezolana, Primera antología,
edición de Laura Cárdenas y María Mercedes Cobo;
Colmena de escritores;
bilingual edition, 2024.

Página Colmena de escritores,
Se puede escribir al correo:
colmenadeescritoras@gmail.com
para la adquisición del libro.

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Abrir audiovisual en página nueva, en:
Identidades y pareceres. Africa en América


Audiovisual duración 7'57"

Música:
1) Jacinto Vera (de Yamandú Beovide y Roberto Darvin), (candombe),
2) Candombe del mucho palo (de Carlos Barea y Ricardo Zubiría).

Interpretadas por Pareceres y Jorge Do Prado.

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CANDOMBE. REPICANDO MEMORIAS

Candombe. Llamadas. Repicando memorias

“El río oscuro del candombe encierra dentro suyo celebraciones antiguas,
lenguajes insondables, temores y risas que son ecos.

El río cruzó el océano en las venas y la saliva de los negros esclavizados, en las pupilas abiertas por el asombro y el miedo, en el fondo maloliente del barco donde se hacinaron hombres, mujeres, dialectos, ritos, olores y enfermedades. Ríos que llegaron a Montevideo colonial y desembarcaron en sus casas, en la vida doméstica, en los mates y la conversación y que lentamente se fueron animando a ser domingo, a salir de las murallas. Ríos que se animaron a vestirse con la ropa vieja de sus amos, a sentirse libres en sus ‘naciones’, pequeños territorios donde reconstruyeron su identidad, sus jefes, sus dioses, sus nombres y donde aprendieron a no olvidar. Aquel ancestral, espejo profundo e íntimo donde se miraron y penetraron los esclavos africanos de Montevideo, comenzó a arder.

Ardió en sonido y bailes y fueron llamándolo candombe.
Ellos cuidaron ese fuego con orgullo, con celo,
sabedores que estaban custodiando su propia alma.”


Mauricio Ubal, en Suena Candombe, uno | dos,
2 CD (40 candombes),
Ediciones Ayuí/Tacuabé, Montevideo, 2010.

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Audiovisual (15'45"), enlace:
LLAMADAS, CARNAVALES Y CANDOMBES. REPICANDO MEMORIAS
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*Artistas mencionados. En el audiovisual se incluyen obras de los artistas uruguayos:
Juan Carlos Amoretti, Pedro Figari, Ruben Galloza,
Hugo Longa, Carlos Páez Vilaró y Joaquín Torres García.

*Música e intérpretes.

1) Bajó del árbol un tambor (música de Wáshington Carrasco,

letra de Humberto Megget), Lágrima Ríos,

2) Camino verde, Grupo del Cuareim,

3) Romance de las Llamadas (música de Marcel Chaves), El Cuarteto, (guitarras),

4) Yacomienza (Yacumenza), de y por José Carbajal, el ‘Sabalero’,

5) Cuerdas de tambores, Toques de calle (fragmentos),

por las comparsas La Figari y Yambo Kenia.

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Lista de audiovisuales:
*) Carnaval, Murga y Candombe. Bailando y cantando leyendas

El carnaval del Uruguay como fiesta, como momento de encuentro popular, un momento para narrar historias y esperanzas. La antigua tradición del teatro callejero encarnado en la murga y el repique de los tambores del candombe narrando la historia de Africa en América; todo mezclado, como es el sentir y la historia de un pueblo. Se baila, se canta, se ríe y se llora, porque en cada repique de las Llamadas, en cada despedida de una murga, se encierra una leyenda y una esperanza.

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*) Documento formato .pdf:
Carnaval, Murga y Candombe. Bailando y cantando leyendas

Contiene una lista de piezas musicales de esa temática,
con los respectivos enlaces para poder escucharlas.

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*) Galerías de imágenes fotográficas:
COLECCIÓN CANTANDO Y BAILANDO LEYENDAS

Contiene un archivo, en formato .pdf,
con un listado de álbumes fotográficos.

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“El río oscuro del candombe encierra dentro suyo celebraciones antiguas,
lenguajes insondables, temores y risas que son ecos”.

y en homenaje a las murgas del Uruguay ... Cuántas veces en los tiempos del silencio,
supieron transformarse en la voz popular.

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NINGUN HOMBRE, NACIDO ROJO, NEGRO O BLANCO,
PUEDE SER PROPIEDAD DE SU PROJIMO

Pecados de rebelión negra. Palmares. Haití

PANTALLAZOS DEL SUR
Niña junto al bidón de petróleo.
George Osodi,
Proyección digital de 200 diapositivas:
Oil Rich Niger Delta
(Expo Subte Municipal de Montevideo - 2010)

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PECADOS DE REBELIÓN
HISTORIAS DE ORDINARIA UTOPÍA

LA REBELIÓN NEGRA DE PALMARES

1694

Macacos, Brasil La última expedición contra Palmares

Las llamas devoran la capital de Palmares ... se ven los resplandores de la gigantesca fogata, que arde durante toda la noche. Quemar hasta la memoria. Los cuernos de caza no cesan de anunciar el triunfo. El jefe Zumbí, herido, ha conseguido escapar. Desde los altos picos llega a la selva.
Deambula por los túneles verdes, en la espesura, buscando a los suyos.

1695

Serra Dois Irmãos Zumbí Los soldados clavan la cabeza en la punta de una lanza y la llevan a Recife ... Sueñan los vencidos con Zumbí; y el sueño sabe que mientras en estas tierras un hombre sea dueño de otro hombre, su fantasma andará. Cojeando andará, porque Zumbí era rengo por culpa de una bala; andará tiempo arriba y tiempo abajo y cojeando peleará en estas selvas de palmeras y en todas las tierras del Brasil. Se llamarán Zumbí los jefes de las incesantes rebeliones negras.

*De Eduardo Galeano, Memoria del fuego (I), Los nacimientos,
Ediciones del Chanchito, Uruguay, octubre 1987,
(publicación original de Siglo Ventiuno), pp. 310, 311.

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HAITÍ DANZAS Y CANTARES NEGROS
LA PRIMERA INDEPENDENCIA LATINOAMERICANA


Me quemo como leña. Mis piernas se quiebran como cañas.
Ningún plato me tienta la boca.
El más ardiente trago se hace agua. ... ... ...
Ven a liberar de su jaula al pájaro hambriento.


1791

Los conjurados de Haití

Al amparo de los dioses de la guerra y
del fuego, doscientos negros cantan y danzan el juramento de la libertad. En la
prohibida ceremonia de vudú, luminosa de relámpagos, los doscientos esclavos
deciden convertir en patria esta tierra de castigo.

1794

Haití en París

“El remedio del hombre es el hombre”, dicen los negros sabios, y bien lo saben los dioses. Los esclavos de Haití ya no son esclavos. Durante cinco años, la revolución francesa se había hecho la sorda. En vano protestaban Marat y Robespierre. La esclavitud continuaba en las colonias: no nacían libres ni iguales, a pesar de la Declaración de los Derechos del Hombre, los hombres que eran propiedad de otros hombres en las lejanas plantaciones de las Antillas. Acosado por la insurrección negra, que encabeza Toussaint Louverture, el gobierno de París decreta, por fin, la liquidación de la esclavitud.

1794

Toussaint Louverture Espartaco negro

En París lo llaman el Espartaco negro. Toussaint Louverture tiene cuerpo de renacuajo y los labios le ocupan casi toda la cara. Era cochero de una plantación. Un negro viejo le enseñó a leer y a escribir, a curar caballos y a hablar a los hombres; pero solito aprendió a mirar no solamente con los ojos, y sabe ver el vuelo en cada pájaro que duerme.

1802

Mar de las Antillas

“Ningún hombre, nacido rojo, negro o blanco, puede ser propiedad de su prójimo”, había dicho Toussaint Louverture. Ahora la flota francesa trae la esclavitud a las Antillas. Más de cincuenta naves, más de veinte mil soldados, vienen desde Francia a devolver el pasado a cañonazos.

1803

La isla requemada

Toussaint Louverture, jefe de los negros libres, murió prisionero en un castillo de Francia. Pero la vida de Haití ha mudado de cuerpo y sin Toussaint el ejército negro ha vencido a Napoleón Bonaparte. Veinte mil soldados franceses han caído por degüello o fiebre. Vomitando sangre negra, sangre muerta, se desplomó el general Leclerc, y fue su mortaja la tierra que él había querido avasallar. Haití ha perdido a la mitad de su población. ... Sobre la tierra humeante, los que fueron esclavos proclaman la independencia. Francia no perdonará la humillación.

*De Eduardo Galeano, Memoria del fuego (II), Las caras y las máscaras,
edición citada, pp. 90, 93, 94, 112, 114.

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Ningún hombre, nacido rojo, negro o blanco,
puede ser propiedad de su prójimo.

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LOS PECADOS DE HAITÍ

La tradición racista

Estados Unidos invadió Haití en 1915 y gobernó el país hasta 1934. Se retiró cuando logró sus dos objetivos: cobrar las deudas del City Bank y derogar el artículo constitucional que prohibía vender plantaciones a los extranjeros. Entonces Robert Lansing, secretario de Estado, justificó la larga y feroz ocupación militar explicando que la raza negra es incapaz de gobernarse a sí misma, que tiene “una tendencia inherente a la vida salvaje y una incapacidad física de civilización”. Uno de los responsables de la invasión, William Philips, había incubado tiempo antes la sagaz idea: “Este es un pueblo inferior, incapaz de conservar la civilización que habían dejado los franceses”. [...]

La humillación imperdonable

En 1803 los negros de Haití propinaron tremenda paliza a las tropas de Napoleón Bonaparte, y Europa no perdonó jamás esta humillación infligida a la raza blanca. Haití fue el primer país libre de las Américas. Estados Unidos había conquistado antes su independencia, pero tenía medio millón de esclavos trabajando en las plantaciones de algodón y de tabaco. Jefferson, que era dueño de esclavos, decía que todos los hombres son iguales, pero también decía que los negros han sido, son y serán inferiores.

La bandera de los libres se alzó sobre las ruinas. La tierra haitiana había sido devastada por el monocultivo del azúcar y arrasada por las calamidades de la guerra contra Francia, y una tercera parte de la población había caído en el combate. Entonces empezó el bloqueo. La nación recién nacida fue condenada a la soledad. Nadie le compraba, nadie le vendía, nadie la reconocía.

El delito de la dignidad

Ni siquiera Simón Bolívar, que tan valiente supo ser, tuvo el coraje de firmar el reconocimiento diplomático del país negro. Bolívar había podido reiniciar su lucha por la independencia americana, cuando ya España lo había derrotado, gracias al apoyo de Haití. El gobierno haitiano le había entregado siete naves y muchas armas y soldados, con la única condición de que Bolívar liberara a los esclavos, una idea que al Libertador no se le había ocurrido. Bolívar cumplió con este compromiso, pero después de su victoria, cuando ya gobernaba la Gran Colombia, dio la espalda al país que lo había salvado. Y cuando convocó a las naciones americanas a la reunión de Panamá, no invitó a Haití pero invitó a Inglaterra.

Estados Unidos reconoció a Haití recién sesenta años después del fin de la guerra de independencia, mientras Etienne Serres, un genio francés de la anatomía, descubría en París que los negros son primitivos porque tienen poca distancia entre el ombligo y el pene. Para entonces, Haití ya estaba en manos de carniceras dictaduras militares, que destinaban los famélicos recursos del país al pago de la deuda francesa: Europa había impuesto a Haití la obligación de pagar a Francia una indemnización gigantesca, a modo de perdón por haber cometido el delito de la dignidad.

La historia del acoso contra Haití, que en nuestros días tiene dimensiones de tragedia,
es también una historia del racismo en la civilización occidental.

*De Eduardo Galeano, Los pecados de Haití,
artículo, Brecha, Montevideo, 26 de julio de 1996.

Artículo completo en la página
Los pecados de Haití

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HAITÍ VOLVERÁ
Volverá y vuelve, con su antiguo cantar,
con su antigua lucha, volverá y vuelve,
“Ningún hombre, nacido rojo, negro o blanco,
puede ser propiedad de su prójimo”
,
dijeron y dicen, ellos,
que construyeron el primer país libre
de América Latina.

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Abrir en página nueva,
audiovisual (7’20”),
HAITÍ VOLVERÁ


Música de Jesús ‘Chucho’ Valdés,
fotografía y realización de Roberto Chile.

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Un gracias muy especial al pueblo cubano, solidario con el haitiano inmediatamente después del terremoto,
y solidario luego, sosteniendo casi con sus solas fuerzas la lucha contra el cólera.

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IDENTIDADES Y RAICES:
MANDINGA

Raíces, etimología de mandinga

AFROIDENTIDADES
Ruben Galloza
Coronación de los Reyes Congo

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Historias de la palabra y de otras historias
La etimología de mandinga

Mandinga. Se deriva de Manding, nombre geográfico, y también gentilicio, de un pueblo que habita en el África occidental; pero en español, principalmente en las zonas rurales de América, adonde el nombre llegó traído por esclavos africanos, es el nombre del diablo. En el portugués del Brasil, y también en varias regiones de Sudamérica por influencia brasileña, es el nombre de una hechicería que tiene por objeto ‘cerrar el cuerpo’ a los actos hostiles procedentes del exterior. En las zonas rurales americanas, esta palabra se vincula a todo lo que se refiere a brujerías o influencias sobrenaturales no explicadas por la religión.

Así, en el norte de Argentina, los fuegos fatuos o luces malas, que brillan en la oscuridad debido a la combustión del fósforo al entrar en contacto con el oxígeno, se llaman farol de Mandinga o farol del diablo.
En el poema Martín Fierro, del argentino José Hernández (1834-1886), el personaje epónimo atribuye al diablo los fenómenos cuya causa no comprende:
«Parece cosa ‘e Mandinga», dice Martín Fierro.

La palabra también llegó de África a Cuba, país que tuvo una intensa explotación de mano de obra esclava. Tal vez el poeta cubano Nicolás Guillén (1902-1989) haya sido el único autor latinoamericano que usó la palabra en su sentido original africano, como gentilicio:

“Yoruba soy,
cantando voy,
llorando estoy,
y cuando no soy yoruba,
soy congo, mandinga, carabalí.”


Fuente:
elcastellano.org
“La página del idioma español”

Ricardo Soca, La fascinante historia de las palabras.
Enlace, abrir en página nueva:
Mandinga

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Crepúsculo sobre el río Santa Lucía

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la caracola
me deja en el oído
viejos pregones

Mario Benedetti, Haiku n° 43

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IDENTIDADES Y RAICES:
AFRICA EN AMERICA

Identidades y Pareceres. Africa en América


IDENTIDADES Y PARECERES
AFRICA EN AMÉRICA


Recomponiendo identidades

Dice Pedro Figari:
“Mi pintura no es ‘una manera de hacer pintura’
sino un modo de ver,
de pensar, de sentir y sugerir.”


Es decir, la pintura como lenguaje, el pintor como juglar que trata de narrar desde adentro, que narra para intentar sanar, recomponiendo historias e identidades. Un lenguaje y una propuesta, una mirada y un subrayado, una lectura de la evidencia y fundamentalmente de los intersticios; cada ‘palabra’ encierra ese pensar, ese sentir y sugerir, y en cada ‘palabra’ se acomodan recostándose nuestras propias historias y sugerencias; y, sin quizás, escuchando esas historias se puede sanar y seguir soñando futuros.

La identidad de la que se habla en este caso es la de la población afrodescendiente en Latinoamérica, en el Uruguay; mejor dicho, el sabor afro de la cultura oriental. ¿Cómo llegaron, quiénes eran, qué hacían, cómo y dónde vivían, qué cantaban, por qué cantaban, por qué bailaban los negros del Uruguay? Y cómo esos por qué fueron coloreando y componiendo la cultura de los uruguayos.

Las obras que se presentan son todas de autores uruguayos y en su mayoría pertenecen a Pedro Figari. Entre otros, el Museo Nacional de Artes Visuales, el Museo Blanes y el Museo Figari de Montevideo exponen obras de este artista.
También se incluyen obras de: Juan Carlos Amoretti, Ruben Galloza,
Carlos Páez Vilaró y Marta Szerel.

Se presentan también algunas imágenes de figuras en papel maché de claro corte figariano (como el árbol, el abrazo, el negro con el tamboril), que pertenecen a la obra “Kit Básico para la fundación de un pueblo”, de Cecilia Mattos y Nacho Seimanas, obra hecha con la idea de compartir comunitariamente esa reconstrucción de identidades retomando la iconografía figariana. La obra fue expuesta en abril de 2011 en el Museo Figari de Montevideo.

*Fotografías. Una gran parte de las fotografías expuestas son el hoy de ese sentir cultural de los uruguayos, expresado en este caso en la fiesta de carnaval que residentes uruguayos en Argentina realizaron en Buenos Aires, el 5 de marzo de 2011, en Avenida de Mayo; una fiesta de identidad oriental y rioplatense, otro abrazo de claro corte afrodescendiente.

*Enlace audiovisual (7’58”),
abrir en página nueva:
Identidades y Pareceres.
Africa en América




*Música.
1) Jacinto Vera
(de Yamandú Beovide y Roberto Darvin), (candombe),
2) Candombe del mucho palo
(de Carlos Barea y Ricardo Zubiría).
Interpretadas por:
Pareceres y Jorge Do Prado.


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CARNAVAL, MURGA Y CANDOMBE

Carnaval, Murga y Candombe. Bailando y cantando leyendas


A mi gente.
Carnaval,
Murga y Candombe.
Bailando y cantando leyendas


En el cuadro siguiente,
los vídeos se pueden seleccionar con un clic,
pulsando tanto sobre la imagen,
como sobre el título de los mismos.
Las piezas musicales que forman parte de cada obra
se indican en la columna "Audio" y sus relativos
artistas en la columna "Intérprete".

Vídeo - Título Audio Intérprete Dura
A mi gente.
Chiquillada.
El Sabalero
1) A mi gente
2) Chiquillada
José Carbajal,
'El Sabalero'  
6'43"
Carnavales. Murga.
Juntos,
los sueños son posibles
1) La canción de mi pueblo
2) La compañera
Murga
Araca La Cana  
5'08"
Carnavales y Candombes.
Bailando Leyendas
1) Al son de los tambores
2) Silencio (parte)
3) Cuerda de tambores
1) Mariana Ingold
2) Murga Saltimbanquis
3) Morenada
8'16"
Carnavales y Margaritas.
Cantando leyendas.
Murga
Presentación
Carnaval 2010
Murga La Margarita 6'29"
Llamadas,
Carnavales y Candombes.
Repicando Memorias
1) Bajó del árbol un tambor
2) Camino verde
3) Romance de las Llamadas
4) Yacomienza
5) Cuerdas de tambores
1) Lágrima Ríos
2) Grupo del Cuareim
3) El Cuarteto
4) El Sabalero
5) La Figari, Yambo Kenia
15'46"
En vuelo.
Cometas y
Sueños de Carnaval
Despedida 2012
(cierre del espectáculo
de “4 en Línea”)
Murga
Curtidores de hongos
4'52"
Identidades y Pareceres.
Africa
en América
1) Jacinto Vera (candombe)
2) Candombe del mucho palo
Grupo Pareceres
y Jorge Do Prado
7'58"
La Celeste.
Cuando juega Uruguay.
Jaime Roos
Cuando juega Uruguay Jaime Roos 5'01"
Extrañas voces.
La isla de la gardenia azul.
Candombe
La isla de la gardenia azul
(candombe)
Camerata
Punta del Este
8'10"
Fantasías de los Farolitos
y un
Candombe para Gardel
Candombe para Gardel Camerata
Punta del Este
4'03"
Bailarines.
Danza y Candombe.
Un himno a la vida
Variaciones de Candombe
(n° 2)
Ruben Aldave 4'38"
Abre,
en visualización,
la lista completa.
Carnaval,
Murga y Candombe.
Bailando y
cantando leyendas
Identidades.
Música y canto
del Uruguay.
1h.
17'04"


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A mi gente
Carnaval, Murga y Candombe.
Bailando y cantando leyendas.

El carnaval del Uruguay como fiesta,
como momento de encuentro popular,
un momento para narrar historias y esperanzas.
La antigua tradición del teatro callejero
encarnado en la murga
y el repique de los tambores del candombe
narrando la historia de Africa en América;
todo mezclado,
como es el sentir y la historia de un pueblo.
Se baila, se canta, se ríe y se llora,
porque en cada repique de las Llamadas,
en cada despedida de una murga,
se encierra una leyenda y una esperanza.

Dice Pedro Figari :
“Mi pintura no es ‘una manera de hacer pintura’
sino un modo de ver,
de pensar, de sentir y sugerir.”
Es decir, un lenguaje y una propuesta,
una mirada y un subrayado,
una lectura de la evidencia y,
fundamentalmente, de los intersticios;
cada imagen encierra ese pensar, ese sentir y sugerir,
y a cada imagen se le sobreponen nuestras sugerencias;
se reconstruyen historias y se recomponen identidades;
se recompone nuestra historia y nuestra identidad,
escuchando esas historias podemos seguir soñando futuros.

Quizás esta manera de mirar de Pedro Figari
sea también la síntesis del carnaval uruguayo,
de la murga y del candombe.

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LLAMADAS, CARNAVALES Y CANDOMBES

Candombe. Bajó del árbol un tambor. Yacumenza

REPICANDO MEMORIAS

Acuarela de Juan Carlos Amoretti

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BAJÓ DEL ÁRBOL UN TAMBOR (*)

Bajó del árbol un tambor,
bajó del árbol un tambor
y a la danza enamoró,
y a la danza enamoró.
-
Y la danza bailó tierra,
bailó aguas, bailó tiempos.
Bailó tiempos, tantos tiempos
que al tambor, dicen, cansó.
-
Y una nube que aplaudía,
y una nube que aplaudía,
a la danza se robó,
a la danza se robó.
-
Y el tambor subió a su árbol,
y el tambor subió a su árbol,
y de allí rió y rió,
y de allí rió y rió.
-
Y de allí rió y rió,
rió y rió.


(*) Bajó del árbol un tambor, de Humberto Megget.
Versión musicalizada para candombe por Wáshington Carrasco,
interpretada por Lágrima Ríos.

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Mural de Carlos Páez Vilaró, detalle,
Paseo de la Policía Vieja, Montevideo

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YACOMIENZA (YACUMENZA) (*)

Callecitas de adoquines
te harán vibrar con su canto,
los negros de roncas voces,
los negros de duras manos.
Tan duras como la vida
de ese Sur montevideano
con sus rotos conventillos,
(piezas de cuatro por cuatro)
donde se amontonan hijos
y sueños casi castrados.
-
Al paso de las comparsas
se vuelve un infierno el barrio.
De los gastados pretiles
saluda el palomo macho
la danza de Rosaluna,
sobre el antiguo empedrado.
Tiritar de escobilleros,
(las lonjas vienen llamando)
y el enjambre de negritos
que son gorrioncitos pardos.
-
De las vías de Palermo
saltan recuerdos de antaño,
cuando la diosa Gularte
plumereaba su reinado
en los calientes febreros
con tamboriles quemados.
La noche de yacumenza
de vino se están pintando
y en el Convento del Medio
serpentean los volados.
-
Revolotear de abanicos
en las abuelas de barro,
quebrando los almidones
el parche de tantos años.
Cuando levanta el repique
se eriza el inquilinato,
y es el grito de esta raza
que se trepa a los tejados
para cantar sus cantares,
tan libres como los pájaros.
-
Con sus rotos conventillos,
(piezas de cuatro por cuatro) ...
la danza de Rosaluna,
sobre el antiguo empedrado ...
Tiritar de escobilleros,
las lonjas vienen llamando ...


(*) Yacomienza (Yacumenza)
Candombe de José Carbajal, el ‘Sabalero’

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Oleo de Ruben Galloza, 1998

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TAMBORES, CANTARES Y CANDOMBES

3 de diciembre. Día Nacional de la Cultura Afrouruguaya

PANTALLAZOS DEL SUR
Izq.: Tenedor tamboril.
Der.: Candombe, obra de Ruben Galloza.

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PECADOS DE REBELIÓN
HISTORIAS DE ORDINARIA UTOPÍA

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CULTURA DE REBELIÓN
TAMBORES Y CANDOMBE, PARA BAILAR LA HISTORIA

Africano (adjetivo gentilicio) ► Africano. El oriental nunca supo bien de dónde, de cuales territorios provenía tanta sangre de su sangre, sólo supo que esa sangre corría por sus venas; junto a Don José sabe que está Ansina, en la Celeste está el Negro Obdulio, en la alegría del oriental está el Candombe.

*De Palabra de Oriental

Diccionario bilingüe - Castellano ► Uruguayo

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DÍA NACIONAL DEL CANDOMBE,
LA CULTURA AFROURUGUAYA
Y LA EQUIDAD RACIAL


3 de diciembre

Se celebra en Uruguay a partir del año 2006. La fecha recuerda el 3 de diciembre de 1978 cuando,
los tambores del candombe sonaron por última vez sus ‘llamadas’
en el célebre Conventillo del Medio Mundo (Montevideo),
condenado a la demolición por la dictadura que gobernaba el país.

Urbanistas de la dictadura
Según señala la exposición de la ley que instituyó el 3 de diciembre para la celebración del Día Nacional de la Cultura Afrouruguaya, “lo sucedido aquel día fue un acto espontáneo con mucho de homenaje de despedida a una de las cunas inspiradoras del candombe, de compromiso con su legado, y también con mucho de rechazo y resistencia a una arbitrariedad cargada del racismo de quienes sostenían que
los negros y sus tambores empobrecían la ciudad, y no podían vivir en el centro de Montevideo perjudicando su particular atractivo turístico e inmobiliario".

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EL REY TAMBOR NARRANDO LEYENDAS
Con barricas de yerba, Don Juan Velorio narra sus leyendas.
Abrir en página nueva, audiovisual (10’52”).

LOS TAMBORES DE DON JUAN

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PASOS SIN CADENAS BAILANDO LEYENDAS

No dejes de cantar y soñar con tu pueblo.
Música y esperanzas de esclavos negros
que luchan por la libertad de los pueblos latinoamericanos.

Audiovisual (6’53”).
Antigua fiesta de las ‘Llamadas’ con participación de las
‘Agrupaciones de negros lubolos’ y comparsas.

*Fotografías de las “Llamadas del Rey Baltasar”
(Montevideo, 6 de enero de 2010)
y Desfile de Carnaval
llevado a cabo en Montevideo,
enero de 2010.

*Música:
1) Al son de los tambores, Mariana Ingold
2) Silencio (parte), murga Los Saltimbanquis
3) Cuerda de tambores, Agrupación Lubola Morenada

Abrir en página nueva
CARNAVALES Y CANDOMBES, BAILANDO LEYENDAS

Bailando leyendas. Africa en América.

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¡Qué lejos y qué cerca!
¡Qué grande que es el mundo
y qué pequeño,
qué lejos los amigos
y qué cerca!


Líber Falco

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MEMORIAS, SABORES Y TAMBORES:
LUCY JAÉN

Lucy Jaén. El Tamborito panameño. Africa en América


AFRICA EN AMERICA
Lucy Jaén - El Tamborito panameño.

Desde épocas coloniales,
la cantalante guía con su voz el cante,
el coro responde dando el ritmo
y el tambor cadencia antiguas memorias.

Audiovisual (2’01”)
por LUCY JAÉN (Panamá),
abrir en página nueva
el Tamborito:
SE NOS VA LA VIDA


Para mayor información,
página blog: songomusik

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PASOS NEGROS Y MESTIZOS.
REPIQUE DE CORAZONES

Bolivia. Carnaval de Oruro. Los Kjarkas

PASOS ARRASTRADOS
PASOS LIBRES
MORENADA
CARNAVAL DE ORURO
BOLIVIA


Danza tradicional afroamericana
Arrastrando sus cadenas
marcando el compas,
cumpliremos la promesa
este carnaval....
todos los morenos vamos
rumbo al socavon..


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Uruguay "llama"
y Bolivia responde,
suenan cadenas rotas
y repican corazones


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Abrir en página nueva:
LOS MORENOS
(morenada)
por LOS KJARKAS




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PASOS ARRASTRADOS ,
PASOS LIBRES.
PASOS NEGROS Y CRIOLLOS

Ritmo de negros. Tania Libertad

RITMO DE NEGROS
canta TANIA LIBERTAD


Bolivia "morenea"
y Perú se menea,
repica Porfirio Vásquez
y Nicomedes Santa Cruz,
repican cajas y cajones,
repican festejos y zamacuecas,
repican corazones


Abrir en página nueva:
TANIA LIBERTAD
RITMO DE NEGROS



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PASOS ARRASTRADOS,
PASOS LIBRES:
REPIQUE DE TAMBORES

Carnaval del Uruguay. Candombe y Llamadas

LAS LLAMADAS
CARNAVAL DEL URUGUAY


Abrir en página nueva:
CANDOMBE Y LLAMADAS



Dice el autor del audiovisual:
"Para estar más cerca de nuestras raíces,
para todos aquellos emigrantes
uruguayos por el mundo."

Sólo intento difundir en el mundo,
parte de nuestra cultura ancestral,
nuestra fiesta popular "LAS LLAMADAS".

¡al sonido del tambor
brota en mi corazon
el color que nunca tuve
mi cuerpo comienza a vibrar
mis manos repican profundo
y entre tambores me hundo
para ser un negro mas!


Luis - Uruguay, residente en EE.UU.

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