Centro Clandestino de Detención y Tortura
Batallón de Caballería N° 9

Centro Clandestino de Detención y Tortura: Batallón de Caballería N° 9

Una imagen,
para los tantos que,
como Carlos Cánepa,
fueron víctimas del terrorismo de Estado
y de ellos no conservamos ni siquiera una foto de su mirada.
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Fragmento de mural de la Campaña de Sensibilización visual, 1969
Reproducción ampliada en serigrafía del aguafuerte
«Con razón o sin ella»,
de Francisco de Goya y Lucientes,
de la serie Los desastres de la guerra.
Expo “Fuera de registro:
Escuela Nacional de Bellas Artes,
1957 - 1972” (enero 2020),
Museo Blanes, Montevideo.

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Semanario Marcha, 10/10/1969
BANCARIOS: UNA VÍCTIMA Y UN PERSEGUIDO

«Carlos Cánepa. oriental, de 42 años, casado, con dos hijos, funcionario del Banco Popular desde hacía unos dieciocho años con el cargo de sub-jefe, inició su período de instrucción militar el miércoles 1 de octubre presentándose a las siete de la mañana en el batallón N° 1 de infantería [Regimiento "Dragones Libertadores" de Caballería Mecanizado Nº 9], en Cuchilla Grande y Aparicio Saravia. Su precaria salud lo exoneró de cumplir la parte física de la instrucción, pero debió sufrir al igual que todos los bancarios privados movilizados los rigores de una vida que se inicia a las cinco de la mañana, el frío de las madrugadas, el hacinamiento de las barracas, las deficientes instalaciones sanitarias. El jueves 2 a las once de la mañana, de acuerdo con el plan previsto por el comando movílizador, debió salir para presentarse a las trece horas en el banco. No pudo hacerlo. Apenas se sentó en el volante de su coche sufrió un desvanecimiento y dos compañeros que viajaban diariamente con él dieron cuenta a la guardia del cuartel, disponiéndose su inmediato traslado en un jeep a la unidad del Hospital Militar. Allí se le administró una inyección estimulante y pocas horas después estaba de nuevo en el cuartel. Al rato, nuevo desvanecimiento, unido a vómitos y convulsiones. En una ambulancia de sanidad militar fue trasladado otra vez al Hospital Militar, donde ni a sus familiares se les permitió acompañarlo, prometiéndose que a las diez de la mañana siguiente se les entregaría un permiso. No fue necesario. A las once Cánepa falleció pero, sintomáticamente, ningún médico quiso firmar un certificado de defunción, autorizándose su sepelio como “fallecido por falta de asistencia”.

Depositado en la morgue del Cementerio del Norte, el lunes por la tarde se le practicó la autopsia. Evidentemente, la difusión del suceso por la prensa y su resonancia parlamentaria a través del senador Michelini, hacen que este asunto “queme”.

Doloroso y ajetreado final para un hombre sencillo, un anónimo integrante del gremio. Era un hombre enfermo, es cierto. Pero ¿quién es capaz de afirmar que de no mediar esa movilización militar que lo arrancó violentamente de su medio habitual, que cambió brutalmente sus hábitos de vida, que lo apartó de su familia, no hubiera vivido muchos años aún.

Vicepresidente de la Asociación de Bancarios, también de la Convención Nacional de Trabajadores, Hugo Cores es al mismo tiempo, una de las cabezas visibles de una de las tendencias que comparten la dirección del gremio bancario. […]»

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Nota: El predio del ex Batallón de Caballería Nº 9 totaliza cuatro hectáreas —unos 195 metros cuadrados—. Fue edificado en 1912 y hasta el 1º de marzo de 2012 sirvió como asiento del noveno de Caballería. La infraestructura incluye tres pabellones, un centro edilicio dedicado a las tareas administrativas, talleres, una policlínica, dos picaderos y una cancha de fútbol.

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Abrir documento pdf en página aparte;
enlace: Uruguay. Paraíso para los impunes. Listado de represores

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