Mostrando las entradas con la etiqueta Pabellón 1 - De la Encuadernación Rústica. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Pabellón 1 - De la Encuadernación Rústica. Mostrar todas las entradas

Trelew. Santucho, entrevista en Cuba, 1972

Trelew. 16 rosas rojas. Santucho, entrevista en Cuba, 1972


Dignidad latinoamericana

«-»

Abrir en página nueva, audiovisual:
Trelew. 16 rosas rojas

Duración: 4’50”

Trelew. 22 de agosto de 1972

El 15 de agosto de 1972, durante la dictadura encabezada por Alejandro Lanusse, veinticinco presos políticos de diversas organizaciones políticas se fugaron del penal de máxima seguridad de Rawson y recorrieron 21 kilómetros hasta llegar al viejo aeropuerto de Trelew. El objetivo era llegar hacia Chile, gobernado por Salvador Allende. Solamente seis de los fugados logran tomar un avión y escapar: Mario Santucho, Roberto Quieto, Fernando Vaca Narvaja, Enrique Gorriarán Merlo, Domingo Mena y Mario Osatinsky. El resto del grupo no llegó a abordar el avión y se entregó a las autoridades militares, bajo la condición de que los retornaran al penal y que se garantizara la seguridad de los presos.

En lugar de llevarlos a Rawson, los trasladaron a la Base Aeronaval “Almirante Zar”, dependiente de la Armada y en la madrugada del 22 de agosto, la guardia los obligó a salir de sus celdas y fueron masacrados.

Asesinan a sangre fría a dieciséis detenidos:
Carlos Astudillo,
Rubén Pedro Bonnet,
Eduardo Capello,
Mario Emilio Delfino,
Alfredo Kohon,
Susana Lesgart,
José Ricardo Mena,
Clarisa Lea Place,
Miguel Ángel Polti,
Mariano Pujadas,
Carlos Alberto del Rey,
María Angélica Sabelli,
Humberto Suárez,
Humberto Toschi,
Alejandro Ulla y
Ana María Villarreal de Santucho.

Tres de los prisioneros quedan heridos, pero luego del golpe de 1976
fueron secuestrados y aún continúan desaparecidos:
María Antonia Berger,
Alberto Camps y
Ricardo Haidar.

«-»

Poema: El poema “16 rosas rojas” fue escrito por el “Negro” Montenegro, obrero ferroviario tucumano, desde la cárcel, poco después de la Masacre de Trelew.

16 rosas rojas
Leída el 22 de agosto de 1972,
en el pabellón 5 de Rawson.

Uniformada y sombría
la traición abrió sus alas
destino de carne joven
para un huracán de balas.

Nadie les dice razón
nadie les grita o les habla
muda en los pechos florece
las garras de la metralla.

La noche era un alto rostro
helado viento de escarcha
con dieciséis rosas rojas
tendidas bajo su planta.

Y desde una estrella herida
bajó del cielo una lágrima
y fue en agosto ese grito
y la hora, las tres de la madrugada.

¡Qué solo se queda el pueblo
cuando sus hijos le matan!
¡Qué sola queda la tierra
si el guerrillero le falta!

Desde los puños oscuros
muda en las bocas estallan
los juramentos y asombros
de las nubes indignadas.

Y llevan los cuatro vientos
al corazón de la patria
los latidos de fusiles,
comprometiendo batalla.

¡Ay! del que puso su odio
traicionero y a mansalva.
No habrá justicia si un día
su oscuro crimen no paga.

Y dieciséis rosas rojas
nacidas de madrugada
florecerán cada agosto
en la patria liberada.


««-»»

Películas relacionadas:

(*) Ni olvido ni perdón: 1972, la masacre de Trelew
Dirección: Raymundo Gleyzer. Argentina. 1972. Documental. Duración: 30’

(*) Trelew
Dirección: Mariana Arruti. Argentina. 2004. Documental. Duración: 1h 35’

«-»

Este audiovisual forma parte de la lista de reproducción:
Ocho Letras para la Memoria

«-»

Nota. La imagen que acompaña la lectura del poema es de Xul Solar:
Drago - 1927
Museo Xul Solar. Colección permanente

Se puede ver la galería de imágenes:
Una mirada sobre la obra de Xul Solar

«-»

Abrir en página nueva, audiovisual:
Trelew. Santucho, entrevista en Cuba, 1972

Duración: 54’38”

Trelew. 22 de agosto de 1972

Descripción: «El 15 de agosto de 1972, durante la dictadura encabezada por Alejandro Lanusse, veinticinco presos políticos de diversas organizaciones políticas se fugaron del penal de máxima seguridad de Rawson y recorrieron 21 kilómetros hasta llegar al Viejo Aeropuerto de Trelew. El objetivo era llegar hacia Chile, gobernado por Salvador Allende. Solo seis lograron tomar el vuelo hacia el país limítrofe. El resto del grupo no llegó a abordar el avión y se entregó a las autoridades militares, bajo la condición de que los retornaran al penal y que se garantizara la seguridad de los presos.

En lugar de llevarlos a Rawson, los trasladaron a la Base Aeronaval “Almirante Zar”, dependiente de la Armada y en la madrugada del 22 de agosto, la guardia los obligó a salir de sus celdas y fueron asesinados.

En el año 2012, los responsables de los fusilamientos, fueron condenados a prisión perpetua por el Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia, considerando a “la Masacre de Trelew” como un delito de lesa humanidad.

Dieciséis de los prisioneros fueron fusilados. [...] Diez de ellos nacieron, vivieron, cursaron sus estudios y militaron en Córdoba. Tres de los prisioneros lograron sobrevivir, pero luego del golpe de 1976 fueron secuestrados y aún continúan desaparecidos.»
(cita de la Comisión Provincial de la Memoria de Córdoba)

«-»

La grabación que se reproduce aquí apareció casi treinta años después, a principios de 2001, entre los archivos del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). Era una entrevista realizada el 13 de octubre de 1972 en un patio de La Habana donde funcionaba Radio Habana Cuba. Casi dos meses después de los hechos, Mario Roberto Santucho, Roberto Quieto y Fernando Vaca Narvaja dialogaban con el periodista cubano Orlando Castellanos sobre la fuga de Trelew. Un material inédito, desconocido, ignorado incluso por los más cercanos. Cincuenta y cuatro minutos de palabras, la respiración, los silencios y el latido de los protagonistas, el pasado que se enciende y nos habla al oído.

La voz de tres de los dirigentes que lograron fugarse en un avión de Austral y sobrevivieron a la masacre retornaba desde el fondo del tiempo. Con Santucho y Quieto secuestrados y asesinados por las fuerzas de seguridad, sólo Vaca Narvaja había quedado con vida. El testimonio tenía un valor histórico y era además, en un plano más íntimo, para muchos de sus familiares la posibilidad de escuchar por primera vez esas voces. Castellanos era un periodista de larga experiencia en la radio y había sido corresponsal de guerra en Vietnam, Laos y Camboya.

Alguien le acercó esa cinta a María Santucho, que vive en Cuba desde 1976 y dirige junto a Victor Casaus el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau. La grabación cruzó el océano muy pronto en un casete TDK de 60 minutos y, en Buenos Aires, Quique Pesoa y Leda Berlusconi la convirtieron en audio digital.

«-»

Los primeros en alcanzar la puerta de entrada del penal fueron los dirigentes: Mario Roberto Santucho, Domingo Mena y Enrique Gorriarán Merlo del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP); Marcos Osatinsky y Roberto Quieto de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y Fernando Vaca Narvaja de la organización Montoneros.

«-»

Los argentinos en La Habana. De izquierda a derecha: Enrique Gorriarán Merlo, Domingo Mena, Carlos Goldenberg, Víctor Fernández Palmeiro, Mario Roberto Santucho, Marcos Osatinsky, Ana Wiesen, Alejandro Ferreyra Beltrán, Roberto Quieto y Fernando Vaca Narvaja.
En la fuga a Chile, y luego a Cuba, a los seis dirigentes guerrilleros se suma Carlos Goldenberg, conductor del vehículo; lograron subirse al BAC 111 de la empresa Austral (tomado previamente en vuelo desde Buenos Aires por un comando integrado por Víctor José Fernández Palmeiro y Alejandro Enrique Ferreyra Beltrán, ambos del ERP, y Ana Wiesen de Olmedo, maestra, integrante de las FAR.

«-»

Este audiovisual forma parte de la lista de reproducción:
Memoteca. Historias y sentires de América

«««-»»»

Álvaro Yunque. Mocho y el espantapájaros

Cuento infanrtil. Álvaro Yunque. Mocho y el espantapájaros


Pequeña Biblioteca

Es muy difícil levantarse luego de haber sido tan golpeados.
Pero es posible, construyendo y re-construyendo el tejido social que han destrozado.
Nunca solos, con memoria y colectivamente.

“Sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.”
Carta del Che Guevara a sus hijos.

Memoria y justicia
Pintura mural.
Imágenes y palabras se hermanan en homenaje a Plef.
Tomás Basañez y Avda. Rivera,
Buceo, Montevideo.

«-»

Tantas cosas deberíamos incluir en nuestra pequeña biblioteca.
Hoy proponemos este cuento infantil de Álvaro Yunque.

«-»


Mocho y el espantapájaros

Me querés acompañar a la chacra de mi tía? —dice Tula—. Mamá me manda llevarle esta torta. Yo tengo miedo al espantapájaros que hay a la salida del pueblo.

—¡Puf! —hace Mocho, y se yergue, satisfecho de que Tula, ¡tan limpia, tan suave, tan modosa!, le haga este pedido, confíe en su valor y en su fuerza, apoye en él su debilidad femenina.

—¿Me acompañás? —insiste ella.

—¡Vamos!

Comienzan a andar uno al lado del otro. Son de la misma edad, diez años, pero Mocho es bastante más alto, y parece de más edad con su corpachón vigoroso de muchacho crecido al sol y al aire libre, con su cabeza de pelos enmarañados, negros y duros, con su cara morena y como amasada a golpes. No en vano la delicada y dulce Tula busca su apoyo. El muchacho exhibe fortaleza y coraje, ¡vaya!, ¿no lo ha visto ella misma enredarse a puñetazos con chicos mayores o correr a pedradas a perros grandes?

Caminan y conversan. Él:

—¿Por qué le tenés miedo al espantapájaros? No es nada más que un espantapájaros. Y vos no sos un pájaro. ¿O te creés que sos un gorrión?

—Ya sé que no soy un gorrión, pero abuela dice que de noche el espantapájaros se pone a caminar, y yo pienso que si vuelvo tarde, sola, y me encuentro el espantapájaros por el camino... ¡Ay! Con solo pensarlo, mirá, se me pone carne de gallina, me enfrío. Tocá.

Mocho no se lo hace repetir. Toca la piel aterciopelada del brazo de su amiga, y habla. Habla seguro de sí:

—¡Son macanas eso que dice tu abuela! Yo he pasado de noche por el camino y el espantapájaros estaba allí como si fuese de día.

—¿Habrás pasado una noche de luna?

—He pasado en noches de luna y en noches de tormenta. El espantapájaros no se mueve de su sitio.

—¿Noches de tormenta? ¡Qué valiente!

Mocho sonríe, gozoso. Tula cree lo que él afirma.

Y dice:

—¡Para eso soy hombre! Los hombres somos valientes.

Continúan andando. De vez en vez, ella lo mira de reojo. Y vuelve a hablar:

—Yendo a tu lado no tengo miedo de pasar por allí frente al espantapájaros.

Él calla. Una ola de satisfacción le sube desde el pecho al rostro y se lo colorea. Saber que esta muchacha tan linda, tan suave, tan graciosa, confía en él, le da mayor seguridad todavía. Calla, mete las manos en los bolsillos, pisa más fuerte.

Ella insiste:

—¿Y si saliera el espantapájaros a atajarnos en el camino?

—¡Bah! —hace él y se encoge de hombros, despreciativo: no toma en cuenta una suposición tan descabellada.

—Sí, ya sé que no saldrá, al fin ahora es de día. Pero... ¿si saliera?...

—¡Lo rompo todo! ¡No le dejo una hilacha! —afirma él, y continúa andando. Lo dice con tanta firmeza que Tula sonríe, contagiada de la seguridad de su amigo.

—¿Qué torta llevás allí? —pregunta él, y las pupilas le relucen de gula.

—Una torta de dulce de membrillo para mi tía, la de la chacra. Hoy es su cumpleaños.

—A ver, dejame tomar el olor... ¡Ah, qué rica ha de ser!

—Sí, es rica. Yo te daría un pedazo, pero... si mamá sabe...

—¿Y cómo puede saberlo?

—Muy fácil: que mi tía, mañana, cuando la vea, le diga: a tu torta le faltaba un pedazo.

—Es cierto.

—Mamá hizo otra torta para nosotros. Esta noche, cuando me den mi pedazo, en el postre de la comida, no lo comeré. Te lo guardaré para vos.

—Guardame la mitad —concede él, un poco caballero.

—No, te lo guardaré todo.

—No, la mitad.

—Bueno, la mitad —accede la chica, y agrega—: También le puedo pedir a mamá un pedazo para vos. Le puedo decir que me acompañaste. ¿Qué te parece?

—Me parece mejor. Así con tu medio pedazo y mi pedazo, yo me como un pedazo y medio.

Tula no responde, aunque en verdad, Mocho no ha interpretado su pensamiento. Ella pensaba que pidiendo para él, este se conformaría con su pedazo.

En fin...

Doblan el camino.

—¡Allí está! —exclama ella, se toma de la mano de Mocho, aminora el paso.

—¿Y qué? —dice él, despectivamente—. ¡Vas conmigo!

Llegan delante del espantapájaros. Un sombrero de paja medio caído y, sobre la cruz de palo de sus hombros, colgantes harapos de lo que fuera un saco de hombre.

Mocho lo enfrenta, burlón y valiente:

—¡Hola, espantapájaros! ¿Qué decís? ¿Cómo te va?

Recoge unas piedras y le tira. Acierta con una y le bambolea el sombrero. No se conforma con esa demostración de valentía. No oyendo a Tula que le balbucea:

—¡No, Mocho, no hagas eso! Mirá que de noche se puede vengar... ¡No, Mocho!...

El muchacho, de un brinco, salta el alambrado, se acerca al espantapájaros y le quita el sombrero. Ríe a carcajadas. Se topa con él y continúa andando, regocijado de su hazaña cuanto del temor con que su trémula compañera, pálida y temblorosa, lo sigue.

Mocho se da vuelta y, saludando, grita:

—¡Chau, espantapájaros! ¡Tanto gusto de saludarlo con su sombrero, señor espantapájaros! —Y le tira el sombrero que cae entre los trigos de su custodia.

A la vuelta, después de haber dejado el obsequio en manos de la tía, más satisfechos, porque ésta los ha invitado con masas y sándwiches, Mocho vuelve a enfrentarse con el espantapájaros:

—¡Adiós, che! Te has quedado sin cabeza. Te voy a poner el sombrero.

Vuelve a saltar el alambrado, recoge el sombrero y lo hunde en el palo que sirve de cuello al espantapájaros. Antes de doblar el camino, se vuelve para burlarlo:

—¡Adiós, espantapájaros! ¡Seguí asustando a gorriones, que a mí no me asustás!

—¡Pero a mí me asusta! —agrega la chica, y se toma de su mano. Llegan a las casas del pueblo.

—Hasta mañana, Mocho valiente.

—Hasta mañana, y ya sabés...

—¿Qué, Mocho?

—¿Te olvidaste lo del pedazo y medio de torta?... ¡Me quedé con unas ganas de probarla!

Por la noche, una noche sin luna, con oscuros nubarrones que rezongan truenos, Mocho sale al camino. Va a buscar al espantapájaros. Va a probarle que, si de día no le tuvo miedo, de noche tampoco se lo tiene. ¡Y eso que no es noche de luna! Se burlará de él, le quitará el sombrero de paja, le desgarrará el saco. Porque el espantapájaros estará allí, en el sitio de siempre, inmóvil e inofensivo, solo sirviendo para asustar a tontos gorriones o débiles niñas como Tula...

Pero ¿qué? ¿Quién viene allí por el camino? ¿Es el espantapájaros?

¡No puede ser! ¡Y es el espantapájaros, sí! Lentamente, con sus harapos al viento, con su sombrerote de paja agitado, allí viene, por el camino, y en dirección contraria a la suya. Mocho se detiene, sorprendido y temeroso. Siente que un frío de hielo le paraliza las piernas, que la piel se le eriza, que los cabellos se le ponen de punta. Intenta gritar, y no puede. La voz se le corta.

¿Pero entonces era verdad lo que decía la abuela de Tula? ¿Es verdad que el espantapájaros sale de noche a andar por los caminos? ¡No puede ser! ¿Cómo creer en tal cosa? Y sin embargo, allí está, en el camino, andando como un hombre y dirigiéndose hacia él, quizás dispuesto a vengarse de sus burlas y de sus pedradas. Ya se acerca, se acerca... Mocho no resiste más. Da vuelta y, temblando de miedo, echa a correr.

Pero corre torpemente, sus piernas temblorosas han perdido el vigor y la agilidad habituales. Y oye detrás suyo los pasos del espantapájaros que lo persigue. Los oye más cerca, ¡más cerca todavía!, ya parece que lo tiene junto a él, no puede más...



Pide auxilio. ¿A quién pedirlo sino a la madre?

Intenta dar un salto, y grita:

—¡Mamá, mamá! —Siente que ha caído. Porque Mocho acaba de rodar de la cama donde estaba soñando. Se hace la luz. A su lado está la madre, afligida:

—¿Qué te pasa, querido?

Mocho la mira con ojos espantados. Va a decirle que el espantapájaros lo corría, pero calla. ¿Cómo decir tal cosa? Calla y se aprieta contra su pecho, sollozante. La madre lo consuela y acaricia:

—Estabas soñando. Una pesadilla, seguramente. Eso te pasa por comer mucho y a cada rato. No es nada. Acostate, querido. Yo te acompañaré.

Lo tiende en la cama, lo arropa. Y se instala a su lado. Mocho se siente seguro, cierra los ojos, se duerme.

Pero a la mañana siguiente, día de sol radiante y magnífico, pasando por delante del espantapájaros inmóvil, sigue derecho, lo contempla de reojo. No se le ocurre burlarlo ni tirarle piedras.

Marc Chagall

«-»


Mocho y el espantapájaros,
de Álvaro Yunque (seudónimo de Arístides Herrero Gandolfi),
está incluido en el libro Mocho y el espantapájaros: y otros cuentos;
el libro fue publicado en 1972
y prohibido en época dictatorial. Argentina.

«««-»»»

Abrir audiovisual en página nueva,
Cantares de Numa Moraes. Qué lindo es vivir así


Audiovisual, duración 2'10"

Un canto a la vida

Numa Moraes canta en el marco de «1983-2023. A 40 años del viaje de los niños del exilio. Presentación de una muestra fotográfica», actividad llevada a cabo en la sede de la Junta Departamental de Montevideo,
el 22 de noviembre de 2023.

Marcas de la Memoria, Marcas como Abrazos:
Niños en vuelo desde el exilio,
26 de diciembre de 1983.

Se conmemoran los 40 años del viaje de 154 niños provenientes del exilio uruguayo, que a su llegada a Uruguay, el 26 de diciembre de 1983, desde el aeropuerto de Carrasco fueron conducidos a este local en una caravana de ómnibus. La Coordinadora del Transporte del Pit se encargó de los vehículos, los niños pudieron abrazar a sus familias y un pueblo se volcó a la calle para recibir a sus hijos.

Música
Compañero,
de Marcos Velásquez,
en la voz de Héctor Numa Moraes.

Compañero

Qué lindo es vivir así
sabiendo que el hombre es bueno,
sabiendo que el hombre es bueno,
que la semilla ni sabe
que la culpa es del terreno,
que la semilla ni sabe
que la culpa es del terreno.

Llegará el día, sí señor,
verá qué lindo, verá qué bueno,
que usted tire un beso al aire,
verá qué justo, verá qué cierto,
sabiendo que donde caiga
no caerá preso
no caerá preso.

Es lindo mirar a un niño
porque cuanto más pequeño,
porque cuanto más pequeño,
es más puro, más semilla,
menos patrón y más dueño,
es más puro, más semilla,
menos patrón y más dueño.

Dele usted la mano a un niño
verá qué lindo, verá qué bueno,
y dígale con confianza,
verá qué justo, verá qué cierto,
y dígale como a un hombre
¿cómo le va, compañero?

«-»

Galería de imágenes

Abrir página nueva,
Álbum: El mundo del nosotros está naciendo

«««-»»»

Abrir página nueva,

documento en formato pdf, Cuentos infantiles prohibidos

para visitar la Pequeña Biblioteca

«««-»»»

Palabras andantes, sentires de pueblo

Diccionario castellano - lunfardo rioplatense


De cómo la palabra es un modo de concebir el mundo,
un modo de transitarlo,
el modo que nos enseñaron los Viejos.

Muchas veces nos preguntamos ¿por qué?
y tratamos de mirar hondo,
y las palabras andantes,
por sus modos y por sus tonos,
nos dan las respuestas del sentir de un pueblo.

«-»

Sigue la luz
Mural, obra de Pardos.
Calle Acevedo Díaz, esquina Miguelete.
Montevideo. 2018.

«-»

Palabra de Oriental
Esbozo de Diccionario bilingüe

CastellanoRioplatense

RioplatenseCastellano

«-»

Ni mármol duro y eterno,
ni música y pintura,
sino palabra en el tiempo.


Antonio Machado, Nuevas canciones, 1924.

«-»

Paseando entre las palabras ...

Bobo, a (estúpido, a, imbécil, papamoscas, papanatas, tonto, a, zonzo, a)

► Abombado, a (← abomba’o, abomba’a). “No te podés confiar en él, es muy abombado”.

► Alcornoque (→ árbol de cuya corteza se extrae el corcho). Como en la expresión “cabeza llena de aserrín”, también en este caso se hace referencia a la consistencia de una substancia inerte como el corcho para definir a la persona esúpida o tonta. “Es un cabeza de alcornoque, no te va a entender nunca”.

► Banana. Nabo, en cuanto tonto, y también boludo, pelotudo, por cuanto ridículo en lo que dice y hace. “Se las tira de crack, pero es un banana”.

► Belinún, una (beninún, una) (← gen., belinún, tonto; ← gen. aumentativo de belin, pene). “No le hagas caso, es un belinún de primera”.

► Bobalicón, ona. Aumentativo de bobo, en cuanto persona crédula y estúpida. “Es un grupito de bobalicones con los que no podés contar”.

► Burro, a. Define la estupidez total, con perdón de los burritos.

► Cabeza hueca. “No se interesa por nada, es un cabeza hueca”.

► Cabeza llena de aserrín. Como cabeza hueca pero haciendo referencia a que en lugar de “materia gris” tiene sólo materia inerte en la cabeza. “No razona, tiene aserrín en la cabeza”. Cuando a la estupidez se suma la maldad o la crueldad, entonces el aserrín se transforma en mierda:
“Es una bestia, tiene mierda en la cabeza”;
o bien, en expresión simplificada: “Es un enfermo, a”.

► Calabaza, Nabo, a, Zapallo, a. “No sé cómo hace para ser tan naba”.

► Chorizo, a. “Juan es un tipo muy bien, pero el hermano es un chorizo”.

► Chorlito (← chorlito, ave de cabeza pequeña); persona ingenua o tonta. La locución “caer como un chorlito”, subraya la ingenuidad de la persona a la que se le hace un engaño; mientras que la expresión “cabeza de chorlito” destaca la estupidez de una persona.

► Gil, gila, y su aumentativo gilastrún, una (muy tonto, a). “Se hace el gil pero entendió todo”.

► Marmota. Bobo, muy tonto (← siciliano, marmótta, especie animal / torpe, bobo).

► Otario, a. “Es bastante otario como para estar en ese cargo”.

► Pajarón, ona. “Con su cara de pajarón no paró de decir bobadas”.

► Pánfilo, a. “Es bastante lerda de entenderas, más bien una pánfila desde chiquita”.

► Papafrita. “Me dijeron que hablara con el director, que es todavía más papafrita que el empleado”.

► Paparulo, a. Bobo, tonto zonzo; poco inteligente.

► Salame. Sinónimo de tonto, torpe. “Me duele haber sido tan salame
y no darme cuenta antes de lo que estaba pasando”.

► Zoquete. De discutida etimología, indica la persona estúpida, muy boba.
“El novio de Alicia es un zoquete, pero allá ella”.

De todo este largo listado hay al menos dos elementos muy destacables: por un lado la abundancia de sinónimos del vocablo madre “bobo” (estúpido, imbécil, tonto) y por otro lado la dificultad para explicar la génesis de algunos de los vocablos sinónimos, ya que identidades tan notorias, como por ejemplo, de estúpido, a con nabo, a; vejiga; salame; ... son realmente difíciles de interpretar.

«««-»»»

Abrir en página nueva, en documento pdf:
Palabra de Oriental. Esbozo de Diccionario bilingüe

«««-»»»

Abrir en página nueva, álbum de imágenes:
Graffitis. Fiesta del color en La Comercial y Tres Cruces

Descripción: Murales del Festival Wang 2018
y otras pinturas murales en los barrios La Comercial y Tres Cruces.

Artistas participantes del Festival Wang 2018:
Colectivo Licuado (Theic y Fitz),
Pardos (Demo y Lolo),
Pintadas (Ceci Ro y Fér),
Fulviet,
Nulo,
Zesar Bahamonte,
Juan Contreras,
Alfalfa,
Matu,
Ákite,
David de la Mano.

Il Quarto Stato (El Cuarto Estado)
Pintura original (óleo sobre tela, 1901),
de Giuseppe Pellizza da Volpedo (italiano).
Mural en Sutel,
Sindicato Unico de Telecomunicaciones.
Barrio Tres Cruces, Montevideo.

«««-»»»

Abrir en página nueva, audiovisual:
Huellas, desde mi ventana - Machu Picchu – Quilapayún

Duración: 3’40”

El lenguaje de la imagen; colores del son.

Música: Machu Picchu, de Hugo Lagos y Eduardo Carrasco
interpretada por el grupo Quilapayún (Chile),
tema incluido en el disco "Patria" (1976).

«««-»»»

Museo de la Memoria en Montevideo

Museo de la Memoria en Montevideo


Crónicas de la resistencia
Colección “Tejiendo Memorias”


Al final de este viaje en la vida quedará
nuestro rastro invitando a vivir.

Silvio Rodríguez, “Al final de este viaje”

«-»

Albumes fotográficos de la Memoria
Para los navegantes con ganas de viento
la memoria es punto de partida


«-»

Abrir en página nueva, álbum de fotografías,
Museo de la Memoria. Montevideo

Descripción: Una visita al Museo de la Memoria de Montevideo.

Mujer atada a su dolor
Escultura en cerámica (2013).
Obra de la artista Tania Astapenko.
Museo de la Memoria (MuMe),
Montevideo.

«««-»»»

Abrir en página nueva, álbum de fotografías,
Memorias de un galgo: la Onda. Museo de la Memoria

Descripción: Exposición en el Museo de la Memoria de Montevideo.
Exposición temporal, junio-julio 2014.

A través de la historia de ONDA, recorremos la historia del Uruguay durante 80 años. Es una historia de pioneros en un país que crecía y se desarrollaba luego de estabilizarse institucionalmente, dejando atrás las guerras civiles que marcaron el nacimiento de la Nación. Pero llegó un momento que ese modelo de desarrollo se agotó, llegó la crisis de los años ‘60, la dictadura y el terrorismo de Estado de los años ‘70 y hasta mediados de los ‘80, donde se produjo una reestructura del sistema que tuvo sus últimas expresiones con la política neoliberal de los años ‘90, que, entre otras consecuencias, produjo el cierre de ONDA.

Con esta exposición el Museo de la Memoria realiza un homenaje al emprendimiento colectivo que fue ONDA, y a los miles de personas que trabajaron en esta empresa, que sintetiza en su historia, buena parte de la historia del pasado reciente en Uruguay.

Memorias de un galgo
Antiguo ómnibus de la compañia de transportes Onda
en la explanada de acceso al Museo.
Exposición temporal, junio-julio 2014.
Museo de la Memoria (MuMe),
Montevideo.

«««-»»»

Abrir en página nueva, álbum de fotografías,
Memorias. Hijos de Desaparecidos. Uruguay

Descripción: Exposición fotográfica Hijos,
en el Museo de la Memoria.
Montevideo. Marzo 2011.

Hijos y desaparecidos ¡Presente!
Frente al Museo de la Memoria.
1° de Mayo de 1984.

Hijos
Exposición fotográfica temporal.
Museo de la Memoria (MuMe).
Montevideo.

«««-»»»

Abrir en página nueva, audiovisual:
Impunidades, Olvidos y Memorias

Duración: 13’08”

Descripción:
Quizás el resumen más breve de este trabajo se pueda hacer, por un lado, con la imagen del fotógrafo Aurelio González encontrando en el 2006 las fotos de archivo del diario ‘El Popular’ que había escondido en 1973, cuando tuvo que abandonar el Uruguay por la dictadura; su alegría creo que fue no sólo la de recuperar sus fotos y un archivo, sino la de recuperar memoria, memoria del pueblo uruguayo,
memoria de pueblos, por algo las había escondido.

Por otro lado, también diría que seguramente aquí faltan las tantas fotos que ustedes tienen. “... Aquí falta la foto que usted tiene” aparecía escrito luego de una serie de fotografías dispuestas en el suelo, delante del Museo de la Memoria de Montevideo, y creo que también en este caso se trata de recuperar las fotitos que van más allá de la imagen; esas fotitos escondidas y a flor de piel de la memoria son las que faltan,
las que hay que agregar para recuperar memorias y reconstruir identidades.

Porque “... la categoría fundadora de la imagen no es la necesidad de figurar o imitar algo que existe sino la necesidad de prolongar el contacto, la proximidad, el deseo de que el vínculo persista. Incluso y fundamentalmente cuando el adiós es definitivo”.
Marisa Strelczenia. Fotografía y memoria: la escena ausente,
en ‘Ojos Crueles’, Buenos Aires,
octubre de 2004, Año I, nº1.
Citado en en la página web del CMDF, ‘Pasado reciente’.

Memoria del pueblo uruguayo, memorias de pueblos, porque alcanza con detenerse apenas en esas fotos para ver que las memorias se entremezclan sin fronteras y sin banderas;
protagonistas, lugares y hechos
resuenan en una única memoria
rioplatense y latinoamericana.

«-»

Música e intérpretes:

1) A DOS VOCES - Mario Benedetti y Daniel Viglietti
- Benedetti, Muerte de Soledad Barret (fragmento)
- Viglietti, Soledad Barret
- Viglietti, Anaclara
- Benedetti, Bienvenida

2) NUMA MORAES
La Patria compañero


«««-»»»

Imagen, Memoria e Historia

«A mí me costó mucho
encontrar una fotografía
para ponerme en el pecho ...
No tener las fotos de la familia
es como no formar parte
de la historia de la humanidad ...
»

Diálogo en la película La ciudad de los fotógrafos.

«-»

Abrir en página nueva, el listado de archivos de imagen, en documento pdf:
Crónicas de la resistencia. Colección “Tejiendo Memorias”

«««-»»»

12 de octubre. Descolonicémonos. Nada que celebrar

12 de octubre. Descolonicémonos. Nada que celebrar


Crónicas de la resistencia
Colección “Tejiendo Memorias”


Al final de este viaje en la vida quedará
nuestro rastro invitando a vivir.

Silvio Rodríguez, “Al final de este viaje”

«-»

Albumes fotográficos de la Memoria
Para los navegantes con ganas de viento
la memoria es punto de partida


«-»

«-»

Desde el corazón del mar

Hay días que alcanza una palabra para que se llenen de luz,
de luz de Luna y Sol.

Ya me estaba yendo del Encuentro Antirracista celebrado en la plaza;
Titi aún no había terminado de distribuir las bandejitas de guiso que había preparado
y alguien se me acercó y me dijo:
“Quería regalarle esto,
es el corazón del mar”.

Como respuesta le pedí para sacarle una foto
con ese enorme caracol que me regalaba.

Volví a casa con esa caricia
y me dije otra vez:
“Hasta que la dignidad se haga costumbre”.


Desde el corazón del mar
Encuentro Antirracista,
Plaza Seregni, Montevideo.
11/octubre/2024.

«-»

Abrir en página nueva, álbum de fotografías,
Encuentro Antirracista. Desde el corazón del mar

Patrimonios de cultura y lucha populares
La historia de nuestra gente y nuestros barrios
forma parte de nuestro Patrimonio.

Descripción: Encuentro antirracista en el mes de la Decolonización
y de la resistencia afro-indígena.

Actividad realizada en Montevideo,
en la Plaza Seregni. 11/octubre/2024.
Desde el corazón del mar
Montaje de un caracol marino
con una obra de Florencia Flanagan
expuesta en el Subte Municipal,
muestra «Al agua no le importa que sea viernes».

«««-»»»

Abrir en página nueva, álbum de fotografías,
Refugiados aún después de la muerte. Memoria en Guatemala

Descripción: Memoria en Guatemala.

Fotos de Jonathan “Jonás” Moller
expuestas en el Museo de la Memoria de Montevideo.

La exposición se conforma a partir de las imágenes tomadas por el fotógrafo Jonathan “Jonás” Moller durante su trabajo con el Equipo Técnico Forense de la Diócesis del Quiché, en Guatemala, una de las zonas más castigadas por el genocidio que se cobró la vida de más de 200.000 personas (en su mayoría indígenas mayas) a manos de la dictadura militar durante la década de los años ochenta.

Refugiados aún después de la muerte.
Memoria, Justicia y Reconciliación en Guatemala

Durante un día y una noche, en la iglesia principal de Nebaj la gente acompaña los restos de sus familiares martirizados. Después se los llevaron a sus casas en las aldeas para velarlos antes del entierro.
Nebaj, Departamento de Quiché, Guatemala, 2001.
Fotografías de Jonathan “Jonás” Moller expuestas
en el Museo de la Memoria de Montevideo.

«««-»»»

Abrir en página nueva, audiovisual:
Los nacimientos de América - Mburucuyá - La Catedral

Duración: 4’46”

Sonido, voz y color de las tierras americanas

Los nacimientos de América - Leyendas americanas
La flor del mburucuyá - Sonidos de una catedral

Una de las tantas historias que habitan el paisaje americano.
Fantasía hecha de miel, de verde,
de sangre y de tierra roja,
de colores, sonidos y aromas dulces:
la leyenda de la flor del mburucuyá.

Presentación de Silvia Kuschnir.

Música: La Catedral, de Agustín Barrios Mangoré (San Juan Bautista Misiones, Paraguay)
interpretada (guitarra) por Ricardo Peralta (Las Varillas, Córdoba, Argentina)

«««-»»»

Imagen, Memoria e Historia

«A mí me costó mucho
encontrar una fotografía
para ponerme en el pecho ...
No tener las fotos de la familia
es como no formar parte
de la historia de la humanidad ...
»

Diálogo en la película La ciudad de los fotógrafos.

«-»

Abrir en página nueva, el listado de archivos de imagen, en documento pdf:
Crónicas de la resistencia. Colección “Tejiendo Memorias”

«««-»»»

Exploración lingüístico-cultural

Lengua y cultura. Porcentaje. Apartheid


Aborígenes de Salta,
Exposición fotográfica de Nancy Urrutia.
MAPI (Museo de Arte Precolombino e Indígena),
Montevideo, marzo de 2012.

«-»

LATINOAMERICA - AL REVES Y AL DERECHO
Pequeño Diccionario Ilustrado


PORCENTAJE. En términos de población humana, ¿qué porcentaje se puede definir como “porcentaje significativo”? El Pequeño Larousse Ilustrado, con su saber francés enciclopédico, hablando de la población indígena de Colombia (de más de dos millones), dice: “Hay sólo un 8% de indígenas puros”. “Sólo” indica evidentemente que el porcentaje es poco significativo. Creo que los gobiernos colombianos han hecho bien cuando ignoraron la existencia de esa población insignificante.

«Población. Se halla la población de Colombia, agrupada casi en su totalidad en varios núcleos urbanos de la zona andina. Han contribuido a la formación étnica del país indios, blancos y negros, de cuya fusión ha surgido gran número de mestizos (40 %) y mulatos (18 %). En el siglo XVIII empezó la importación de esclavos africanos destinados a las plantaciones del litoral del Pacífico. Hay sólo un 8% de indígenas puros. La inmigración es débil».
Pequeño Larousse Ilustrado, edición publicada el 10 de agosto de 1981.

«-»

En página nueva puede verse el audiovisual:
Los nacimientos de América - Mburucuyá - La Catedral

Duración: 4’46”

Descripción:

Música, voz y color de las tierras americanas.
Los nacimientos de América - Leyendas americanas.
La flor del mburucuyá - Sonidos de una catedral.
Una de las tantas historias que habitan el paisaje americano.

Fantasía hecha de miel, de verde,
de sangre y de tierra roja,
de colores, sonidos y aromas dulces:
la leyenda de la flor del mburucuyá.


Presentación de Silvia Kuschnir.

Música: La Catedral,
de Agustín Barrios Mangoré
(San Juan Bautista Misiones, Paraguay)
interpretada (en guitarra) por Ricardo Peralta
(Las Varillas, Córdoba, Argentina).

«-»

Todos somos Gaza
Todos somos Palestina

Acto llevado a cabo ante el ataque genocida
por parte de Israel a los territorios palestinos.
Espacio Libre Saracho,
Hocquart y Fernández Crespo,
Montevideo. 28 de mayo de 2021.

«-»

APARTHEID. En 2024 se cumplen 76 años de la expulsión y el desplazamiento masivos de más de 700.000 personas palestinas de sus hogares, pueblos y ciudades durante el conflicto que dio lugar a la creación de Israel en 1948. La nakba (catástrofe), como la denomina en lengua árabe la población palestina, está grabada en la conciencia colectiva palestina como una historia de implacable desposesión.

El apartheid llevado a cabo por Israel es hijo de los imperios coloniales de Inglaterra y Francia en Medio Oriente, hoy sustentado por Estados Unidos y países aliados de la Comunidad Eurpea.

«-»

En página nueva puede verse el audiovisual:
No al genocidio. No a la masacre del pueblo palestino

Duración: 4’00”

Descripción: Todos somos Gaza. Todos somos Palestina. Alto al genocidio.
Actividad ante Starbucks,
denunciando el sostén de esta empresa
al ataque genocida por parte de Israel
a los territorios palestinos.
Tres Cruces, Montevideo, 02/12/2023.

Música:
“Raj’een” (Estamos volviendo),
interpretada por la cantante palestina Nai Barghouti.

En página nueva puede verse el álbum de imágenes:
No al genocidio. No a la masacre del pueblo palestino

«««-»»»

Los monos mentirosos

Los tres monos: no veo, no oigo, no hablo


A 50 años del golpe de Estado,
acto “democrático” que corona la impunidad.
Paraninfo de la Universidad de la República,
en Montevideo. 30 de mayo de 2023.

«-»

Los monos mentirosos

La mentira repetida es media verdad,
y es muy ética la actitud de los tres monos:
no veo, no oigo, no hablo.

Dijo Julio María Sanguinetti: no hubo niños desaparecidos, hubo “uno solo”; en Uruguay no hubo “tantos” desaparecidos, hubo unos pocos; y todo nos lleva a discutir cuántos hubo, y ahí ya nos hace pensar en términos de impunidad. Como si se pudiera ponerle un termómetro a la barbarie. Gregorio Alvarez también declaró ante la justicia que se había enterado por ellos de los desaparecidos. Guido Manini Ríos se escuda en que era muy joven, cuando en el cuartel de Toledo donde él estaba, se hacen los enterramientos; se nos presenta como un muchacho desapercibido de lo que estaba pasando a su alrededor.

Por más monos que se hagan, sus propias declaraciones los condenan. En el caso de Manini, se le puede decir, que es cierto que algún soldado de tropa del interior, de los que había terminado en el cuartel porque en su zona no había trabajo, justo por esa razón no estaba en el ejército por opción, como estaba Manini. Cuando Manini estuvo en el cuartel de Toledo, el de los enterramientos, se sabía perfectamente del actuar represivo del ejército, como se sabía perfectamente de los millares de presos, del avasallamiento de un pueblo; aspirar a ser oficial del ejército en los años de la dictadura significaba desde un primer momento una opción: reprimir cueste lo que cueste. Manini fue y es los tres monos por decisión; y es a su vez un mal de familia. El mismo que se escudó en el desafuero para no dar cuenta de sus actos, es el que hoy nos habla de los pobres viejitos, que sufren condenas por su barbarie.

Manini y Sanguinetti coinciden en muchas cosas, pero quizás esa actitud de los tres monos, no vi, no oí, no hablo, junto a las medias verdades logradas con mentiras repetidas es lo que más los acomuna. Sanguinetti también dijo que al final de cuentas en Salsipuedes los charrúas no eran tantos, “capaz que no eran más de cuarenta”. Sanguinetti achica la culpa de Rivera porque no mandó matar a tantos, que al final de cuentas era gente molesta, que se estaba oponiendo a la civilización que nos traían los conquistadores. Con su riverismo se olvida de los últimos charrúas vendidos a un zoológico de la civilizada Francia; con Manini se olvida que la primera gloria del “ejército oriental” fue la guerra genocida contra el pueblo de Paraguay. Dicen que no ven pero vieron, dicen que no oyen pero oyeron, dicen que no hablan pero hablan mintiendo. Es mismo su especialidad.

La ley de impunidad, llamada de caducidad, fue propuesta precisamente por Sanguinetti. Se ubica desde un principio en la teoría de los dos demonios: el heroico ejército que responde a las fuerzas de la subversión dominadas por las ideas foráneas. Olvidan, no veo, no oí, no digo, al asesor Dan Mitrione, traído especialmente para hacer escuela de torturas; olvidan la escuela francesa inspirada en la guerra colonialista en Indochina y Argelia; olvidan los millares de presos que pasaron por cárceles, cuarteles, comisarías, ...; olvidan el Cilindro Municipal, La Tablada, las decenas de asesinados.

Combatieron a un pueblo solidario, a un pueblo cada vez más unido en la lucha contra el sistema. Las democracias les sirven hasta que los pueblos no se avecinan a querer cambiar el régimen de injusticia. Hoy tenemos por ejemplo una situación realmente deshumana en las condiciones de vida de los encarcelados, y sin embargo por un lado para la gente se propone aumentar las penas, y para los responsables del terrorismo de Estado se propone que vuelvan a sus casas, “porque ya es mucho”,
“porque tenemos ojos en la nuca”.

Han transformado un país de inmigrantes en un país de emigrantes; se han destrozado las relaciones familiares porque la gente emigra buscando sobrevivir, y nos siguen diciendo que los demás tienen que aprender de nuestra democracia.

Mintieron ayer, mienten hoy; y saben perfectamente cuáles son sus horizontes. Textualmente Sanguinetti dijo que alababa al Ejército como institución, por todo el esfuerzo que hizo luego del período dictatorial. Se olvidó decir que en su primer gobierno, vinieron del ejército los primeros desplantes, cuando ante la posibilidad de que algún militar fuera llamado a dar cuenta de sus actos terroristas, la propia comandancia del ejército amenazó diciendo que no se presentaría a dar cuentas de nada a nadie. Esa fue la colaboración recibida, a la que Sanguinetti respondió con la ley de impunidad.

Bastantes años después se llegará a mostrar en el mismo parlamento la mentira de toda la estructura, de un ejército que había seguido actuando con los mismos criterios y con la misma gente que en dictadura. Hasta no hace mucho para algunas mentiras todavía tenían alguna contención, hoy la han perdido con la tolerancia mutua que se dan burócratas de la política y milicos. Nos dejan ser demócratas hasta que no se les mueve el piso; los Sanguinetti dicen que necesitan a esos milicos salvapatria, y militares y afines se presentan como los ilustrados con los que se puede hablar, interesados sólo en el bienestar de una patria descolorida al que ellos brindan su desinteresada labor ciudadana.

En el Centro Militar están las placas conmemorativas de varios de los militares condenados por delitos durante la dictadura; y su desinteresada labor, por ejemplo, la paga una Caja Militar con millones y millones de pesos anuales de déficit, una Caja que no ha sido tocada y que a la oficialidad le permite jubilarse no sólo con el cien por ciento de lo que ganaban en actividad, sino que además los premian con el ascenso al momento de jubilarse, es decir, que pasan a ganar más de cuanto ganaban en actividad; ése es el patriotismo de los Manini, y ése es el patriotismo de los que no ven, no oyen y no hablan como Sanguinetti. Hay un dicho que afirma: con una mano nos lavamos la otra; nada más cierto en este caso. Traducido: adelante casta de estancieros y empresarios, ustedes me pagan y nosotros los defendemos.

En época de dictadura, en el hablar cuartelero se oía decir: hay un comunismo bárbaro, como forma de decir: hay mucho lío en algo. Hoy seguramente ya no se dice así, pero se critica a un estudiante que protesta por su manera de vestir; en el ómnibus se llega a oír por ejemplo: hay olor a pobre; se pone por escrito en la Luc las cosas que no se habían obtenido con las reformas para aumentar la edad de imputación; ante el problema de darle agua en malas condiciones a los niños en la escuela, se responde diciendo que se le dé esa misma agua, con saborizantes.

Se le entrega al ejército tareas que son simplemente de responsabilidad civil que no tienen nada que ver con conflictos armados; trabajos que podrían ser civiles se militarizan para aumentar los privilegios de instituciones inservibles. Siguen siendo brazo armado de los imperialismos de turno, y de los nuevos liberalismos que ojalá tuvieran algo de digna socialdemocracia. Los Sanguinetti y los Manini siguen siendo los representantes de los mercachifles montevideanos que salieron a saludar a las fuerzas invasoras portuguesas de Lecor; los mismos mercachifles que traicionaron a Artigas, para quienes los gauchos eran los representantes del atraso de estas tierras; los mismos “prósperos comerciantes” que se enriquecieron traficando con esclavos negros.

También de eso se olvidan, del despojo infame que hicieron de millares de afrodescendientes; ahí también se ve el accionar de la dictadura cívico militar: hubo que cerrar los conventillos de Barrio Sur y Palermo porque eran feos, y esa sensibilidad estética no les permitió tener la sensibilidad de abandonar el racismo, la segregación, la explotación.

Civiles como Sanguinetti y militares como Manini se acordaron para la mutua defensa, una mano lava la otra, y así se salva el sistema, con las buenas y si no con las malas. A Soledad Barrett le dibujaron las esvásticas en las piernas en época de democracia, los escuadrones de la muerte empezaron a matar en esa misma época. Ante el avance de la represión que significó el golpe de Estado en 1973, un pueblo respondió con la huelga general, con ollas populares para sostener las ocupaciones en las fábricas. Era eso lo intolerable, para los Goyo Alvarez o los Pacheco de turno; y sigue siendo eso lo intolerable.

Ojo con estos monos, que no son tan inocentes como aparentan; a unos la mano no les tiembla para defender a toda costa la injusticia del sistema que los beneficia, los otros son muy valientes para sostener con la represión esa injusticia, con tal que se les pague sus servicios, y si hay que apalear se apalea, y si hay que matar se mata. Patria, familia y propiedad, decían hace cincuenta años, y hoy no lo dicen, pero lo hacen: patria es la injusticia del capital, es la injusticia del sistema.

En realidad ya nos habían advertido:
“La carne y la sangre son
de propiedad del patrón,
Doña Soledad”;

pero también desde hace tiempo decimos:
“de todas partes vienen”;
“A redoblar muchachos la esperanza,
que su latido insista en nuestra sangre,
para que ésta nunca olvide su rumbo,
porque el corazón no quiere, entonar más retiradas”.

«-»

Que nos digan dónde están
Contra la impunidad de ayer y hoy

24a. Marcha del Silencio.
Montevideo. 20 de mayo de 2019.

«-»

En página nueva puede verse el audiovisual:
Otra voz canta. Circe Maia, Daniel Viglietti

Duración: 5’22”

Descripción:

Otra voz canta. No son sólo memoria ...

En memoria de los Fusilados de Soca:

Graciela Estefanell,
estudiante de Agronomía, de 34 años;

María de los Angeles “Marisa” Corbo,
estudiante de Medicina, de 26 años,
con un embarazo avanzado, y

Daniel Brum,
estudiante de Arquitectura, de 28 años;

Mirta Hernández,
obrera textil, de 29 años, y

Floreal García,
obrero textil, de 31 años
(Mirta y Floreal eran los padres de Amaral García,
hijo apropiado y recuperado).

«-»

En memoria de todos los desaparecidos y por ¡Nunca más!
En la conmemoración llevada a cabo el 20 de diciembre de 2014, en el Memorial a los Fusilados de Soca, Daniel Viglietti interpreta “Otra voz canta”, emotiva musicalización suya de una poesía de Circe Maia.

OTRA VOZ CANTA
Música de Daniel Viglietti
Poesía de Circe Maia

Por detrás de mi voz
– escucha, escucha –
otra voz canta.

Viene de atrás, de lejos;
viene de sepultadas bocas
y canta.

Dicen que no están muertos
– escúchalos, escucha –
mientras se alza la voz
que los recuerda y canta.

Escucha, escucha,
otra voz canta.
Dicen que ahora viven
en tu mirada.

Sostenlos con tus ojos,
con tus palabras,
sostenlos con tu vida,
que no se pierdan,
que no se caigan.

Escucha, escucha,
otra voz canta.
No son sólo memoria,
son vida abierta,
contínua y ancha,
son camino que empieza.

Cantan conmigo,
conmigo cantan.

Dicen que no están muertos
– escúchalos, escucha –
mientras se alza la voz
que los recuerda y canta.

Cantan conmigo,
conmigo cantan.

No son sólo memoria,
son vida abierta,
son camino que empieza
y que nos llama.

Cantan conmigo,
conmigo cantan.


«««-»»»

Viento del pueblo. Niño yuntero

El niño yuntero. Miguel Hernández. Poesía


«-»

El niño yuntero

Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.

Nace, como la herramienta
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.

Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.

Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.

Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra,
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.

Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.

Trabaja y, mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvias y se alhaja
de carne de cementerio.

A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.

Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.

Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.

Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.

Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.

Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.

¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?

Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.


Por niñeces con futuro
Recuerdos de la niñez:
al aire libre,
en el barrio,
una bicicleta
y un grupo de amigos.
Cerro, Montevideo.

«-»

En página nueva puede verse el audiovisual:
Cantares niños. El niño yuntero. Hernández, Serrat Duración: 6’13”

Descripción:
"El niño yuntero",
poesía de Miguel Hernández,
en la voz de Joan Manuel Serrat.

La poesía fue publicada por Miguel Hernández en 1937, en plena guerra en España,
y forma parte del libro “Viento del pueblo”.

El 28 de marzo de 1942 Miguel Hernández muere en su querida tierra,
tierra por la que dio su vida y su canto.

Fotografías de Andalucía,
en su mayor parte de la Alhambra, en Granada,
que pueden verse en el álbum de fotografías:
Sugerencias para la mirada: territorios de Andalucía, Granada

Torre de las Damas,
reflejada en la gran alberca del Partal.
Alhambra, Granada,
Andalucía, España.

«-»

En página nueva puede verse el audiovisual:
Romance de la Guardia Civil Española. Federico García Lorca

Duración: 7’12”

Descripción:

Un Homenaje a Federico García Lorca (1898-1936).

Imágenes de Granada, en particular de la Alhambra y el Generalife.

Audio: Romance de la Guardia Civil Española
musicalización del poema homónimo de Federico García Lorca,
de Oscar Perna, “el Pajarito del Monte”, interpretada por el autor en agosto de 1986.

Se trata de una composición inédita del guitarrista uruguayo Oscar Perna, dedicada por el autor al gran poeta con ocasión del cincuentenario de su asesinato (18/Agosto/1936). En 1986, Oscar Perna vivía aún en General Pico, Provincia de la Pampa, Argentina, donde se había exiliado y donde también sufrió secuestro, cárcel y persecución por parte de la dictadura argentina.

Por la edición de ésta como de otras piezas musicales inéditas de Oscar Perna, agradecemos en particular la intervención de Rubén Olivera y del Estudio La Mayor de Montevideo, gracias a quienes pudieron recuperarse las antiguas grabaciones.

Nota. En esta pieza, por daños que sufriera el cassette original,
en 6’08” y en correspondencia del texto:
“gime sentada en su puerta
con sus dos pechos cortados
puestos en una bandeja”
no pudo recuperarse la musicalización original.

«««-»»»

Rojo Madre. Diálogos con la Luna

Fantasías: Rojo Madre. Diálogos con la Luna


«-»

Rojo Madre

No puedo olvidar sus palabras. Yo era muy niño en aquel entonces y recuerdo aquel día como un día caluroso. Estaba anocheciendo y salí de mi casa. Tenía unos deseos enormes de volver a hablar con la Luna.

–¡Buenas noches, señora Luna! –dije para saludarla mientras me sentaba sobre la tierra, bajo el techito de paja que protegía la entrada de nuestra casa. Embelesado escuché su relato.

Hace muchos, muchos años, cuando empezaron los míos –me dijo–, existía sólo Rojo Madre: era una inmensa lengua de fuego volcánico, un enorme manto rojo que todo lo envolvía, era el cielo y la luz que aún no habían recibido las estrellas, era el mar, infinitas gotas de vapor en su seno, era la tierra, aún estéril, y era el corazón de los hombres, que todavía no habían amado. Rojo Madre fue padre de todas las cosas, y todo lo engendró, y como madre nadie depositó en ella su semen fecundo.

En sus entrañas se concentraron los fuegos femeninos, ese es mi origen. Y como Luna fui esposa y madre. De los fuegos masculinos nació el padre Sol, mi esposo. En mil abrazos nuestros fuegos engendraron todas las criaturas. Nacieron así mares y ríos, de rumorosos oleajes y de fluir silencioso, frutos de nuestros amores tempestuosos y serenos; engendramos fuentes y cascadas, montañas y estepas inmensas; nacieron los blancos dientes del maíz y la ágil y tímida ardilla; millares de peces poblaron las aguas, tantas fueron sus caricias, y una infinidad de estrellas tapizó el cielo, tantos fueron mis besos.

–Señora Luna –me atreví a interrumpir–, ¿por qué gritan todavía los volcanes?
¿Por qué padre Sol es tan grande y de fuego tan intenso?

Respondiéndome, continuó su relato como si saboreara cada instante de su pasado.

Quiso Rojo Madre que el Sol fuera vuestro protector durante el día y que yo velara durante vuestros sueños. Con sus abrazos engendré la luz de las estrellas y me hice sangre allí donde hay vida. Y me hice tierra para alimentar los granos y le di voz a los pájaros y aliento a las cascadas. Le di mi fuego a la tierra, ¿o acaso no has visto las plantas esperando el beso del Sol para dar su fruto? Y por eso los volcanes lo buscan aún con sus abrazos. Y me consumí en amores dándole colores a las plantas y voz a los pájaros, ¿o acaso no has visto cuando por la mañana gritan su alegría ante el padre?

Eramos hermanos, éramos la misma carne, éramos el mismo fuego. Y soy yo que grito en tu corazón en los cálidos días de verano y que recuerdo al Sol, con tu tristeza, cuando me falta por las noches.

–¡Duérmete mi niño, duérmete, se ha hecho muy tarde! Duérmete y soñarás...  

Me dormí aferrándome con ternura a la tierra. Soñé el rumor de las cascadas y mil pájaros que cantaban en el bosque, soñé la suave caricia del agua a los guijarros y el desbordante colorido del tucán.

Una paz inmensa invadió mi corazón,
era ella que latía, la Luna,
esperando el abrazo del Sol de la mañana.

Crepúsculo
Desembocadura del Arroyo de las Vacas,
Carmelo,
Departamento de Colonia, Uruguay.

«-»

En página nueva puede verse el audiovisual:
Fantasías y abrazos - Gurvich - Heinze

Duración: 8’31”

Descripción:
José Gurvich, nacido en Lituania en 1927, llegó a los cinco años a Uruguay para convertirse en uno de los refentes del arte de este país. En 1944 se relacionó con Joaquín Torres García y al año siguiente comenzó a formar parte de su Taller, llegando a ser una de las figuras fundamentales del movimiento constructivista en su país. Durante los años 50 Gurvich fue desarrollando un estilo más personal que expresará en un mundo donde se unen la tradición y lo nuevo, la realidad y la fantasía.

Expresa la crítica e historiadora del arte Alicia Haber: "Gurvich desplegó un mundo en el que tiene gran importancia la integración de la herencia torresgarciana con la progresiva búsqueda de la identidad judaica , la admiración hacia el arte de El Bosco, Chagall y Bruegel y una expresividad idiosincrásica. Acuarelas, témperas, óleos, cerámicas, esculturas, relieves y murales documentan su fantasía, su sensibilidad pictórica, su capacidad para el color, su esmero artesanal, su lirismo, su espiritualidad, su intuición creadora y su capacidad imaginativa".

La música es del Walter Heinze (1943-2005), guitarrista y compositor entrerriano.
Después del tiempo (zamba) es interpretada por Pablo Ascúa,
El prometido (chamamé) es interpretada por Heinze y Ascúa.

«««-»»»

En página nueva puede verse "Rojo Madre" en formato pdf:
Fantasías

«««-»»»

Gotas de las mismas aguas. Poesía y guitarra

Juan L. Ortiz. Gustavo Ripa. Poesía y guitarra

Horizontes fluviales
Arroyo Tropa Vieja.
El Remanso, Neptunia,
Departamento de Canelones.

«-»
Fui al río

Fui al río, y lo sentía
cerca de mí, enfrente de mí.
Las ramas tenían voces
que no llegaban hasta mí.
La corriente decía
cosas que no entendía.
Me angustiaba casi.
Quería comprenderlo,
sentir qué decía el cielo vago y pálido en él
con sus primeras sílabas alargadas,
pero no podía.

Regresaba
—¿Era yo el que regresaba?—
en la angustia vaga
de sentirme solo entre las cosas últimas y secretas.
De pronto sentí el río en mí,
corría en mí
con sus orillas trémulas de señas,
con sus hondos reflejos apenas estrellados.
Corría el río en mí con sus ramajes.
Era yo un río en el anochecer,
y suspiraban en mí los árboles,
y el sendero y las hierbas se apagaban en mí.
Me atravesaba un río, me atravesaba un río!


Fui al río,
poesía publicada en El ángel inclinado, 1937;
de Juan Laurentino Ortiz,
poeta argentino de la provincia de Entre Ríos (1896-1978).

«-»

En página nueva puede verse el audiovisual:
Somos todos gotas de un mismo mar

Duración: 3’15”

Descripción: Algunas imágenes de la exposición antológica de Florencia Flanagan con ocasión del encuentro de la artista con Annabel Teles en el Subte Municipal de Montevideo. Un diálogo compartido con los presentes entre arte y filosofía. 16/08/2024.

Música:
Lila Downs (México)
canta “Icnocuícatl” (poema nahuatl).

Icnocuícatl
Es un poema nahuatl de Natalio Hernández

(letra en castellano)

Mañana
Mañana que yo me muera
no quiero que estés triste.

Aquí ...
Aquí otra vez volveré
convertido en colibrí.

Mujer ...
Cuando mires hacia el sol
sonríe con el corazón.

Ahí ...
Ahí estaré con nuestro padre
Buena luz te enviaré
Buena luz te enviaré
Buena luz te enviaré

Mujer ...
Cuando mires hacia el sol
sonríe con el corazón.

Ahí ...
Ahí estaré con nuestro padre
Buena luz te enviaré
Buena luz te enviaré
Buena luz te enviaré

Buena luz te enviaré


«-»

en nahuatl

Mostla ...
keman neuatl nionmikis
Amo keman ximokuesko

Nikan ...
Oksepa nikan nionualas
Kualtsin uit'sit'silin nimokuepas

Soatzin ...
keman tikonitas tonatiu
Ika moyolo xionpaki

Ompa ...
Ompa niyetos uan totlajtsin
Kualtzin tlauili nimit'smakas

Soatzin ...
keman tikonitas tonatiu
Ika moyolo xionpaki

Ompa ...
Ompa niyetos uan totlajtsin
Kualtzin tlauili nimit'smakas
Kualtzin tlauili nimit'smakas
Kualtzin tlauili nimit'smakas

Kualtzin tlauili nimit'smakas

«««-»»»

En página nueva puede verse el audiovisual:
Fuegos y Tornasoles. Cielo y Agua, Verde y Amarillo

Duración: 6’00”

Descripción: Fantasías de la imagen y de la música.
Fuegos y tornasoles del atardecer,
un saludo al sol,
un saludo a las tierras rioplatenses.

Cielo y agua, tierra y fuego,
identidades,
en el son de una guitarra.

«-»

Música

1) En verde y amarillo,
de Rubén Lena,

2) El fuego sagrado,
de Mariana Ingold,

interpretadas en guitarra
por Gustavo Ripa .

Comenta Gustavo Ripa para la edición de su CD Calma
(Ediciones Ayuí/Tacuabé, Serie Sin palabras, Montevideo, 2010):
“Calma como pedido, como propuesta,
como estado que cobija el alma,
como necesidad, como deseo.”

En verde y amarillo.
“El maestro Lena ha dejado un legado de canciones estupendas.
Ésta siempre me conmovió,
en mi memoria musical suena la versión de Larbanois y Carrero,
con la voz de Mario arrancando el tema. Un lujo.”

El fuego sagrado.
“Canción que me evoca un círculo de personas alrededor del fuego.
Este tema me da energía, alegría y sentido de unión.”

«««-»»»