Gracias Mercedes Homenaje a Mercedes Sosa Me dolía verla cantando con un cuerpo que ya no le respondía; aún así sentías la fuerza que siempre la llenó,
cantando a su Argentina, a su Tucumán, sentías que no abandonaría nunca mientras le quedara un hilito de voz,
que su vida era cantar la vida, gritar por justicia, cantarle a sus pueblos, acariciarlos hondo
porque los llevaba en su corazón. Voz de Latinoamérica, cantó y cantó y cantó, sin ceder.
Ojalá que tengamos la fuerza de seguir cantando con ella.
Gracias Mercedes por enseñarnos a cantar.
Música: ¡Oh qué será? de Milton Nascimento y Chico Buarque,
interpretada por Mercedes Sosa,
acompañada por la cantante Julia Zenko.
De Julia Zenko es ese hermoso grito inicial,
que hoy me suena nuestro grito de saludo a Mercedes Sosa.
La música fue grabada con ocasión de la gira que Mercedes Sosa hiciera en los años '90 por Italia, donde pude aplaudirla en el Teatro Tenda de Florencia.
Una historia y dos sonrisas Les quería contar una linda historia que me ocurrió el otro día, el jueves pasado, cuando fui a Parma porque se recibía la hija de Alicia y Ernesto, dos amigos uruguayos residentes en Italia. Después de haber estado en la universidad junto con los padres, que desbordaban de alegría por ese título que su hija había obtenido gracias a cuanto todos juntos habían colaborado para obtener (y ésta sería otra historia), nos fuimos a comer algo, a hacer una "picadita" digamos, en una especie de barcito no muy lejos de la universidad, allí en Parma. Creo que era la una de la tarde más o menos, y nuestro grupito estaba formado por Carina (la hija de Alicia y Ernesto) con siete u ocho de sus amigos, sus padres y su hermano Matías, y cuatro o cinco personas más, de las cuales yo era el único uruguayo. A cierta altura Ernesto me dice: - Escuchá esa música, es Silvio Rodríguez. La música provenía desde el interior de ese barcito donde nos encontrábamos, porque nosotros estábamos afuera conversando, en la vereda digamos, y entonces nos dirigimos hacia el interior del bar, hacia el mostrador, para comentárselo a una muchachita joven que estaba trabajando allí. Cuando se lo dijimos, con una carita sonriente espectacular nos dice: - Sí, la música la puse yo, a propósito para ustedes. Como nos había oído hablar castellano entre nosotros y había oído la palabra Uruguay, había querido regalarnos esa canción, a Carina y a nosotros. Y aquí ya podría terminar la historia. Pero no es así, no termina, es todavía más hermosa, porque luego seguimos conversando con ella y nos dice que es uruguaya, que había llegado muy chica a Italia con sus padres y una hermana gemela. Se llama Marcela, y por lo que ella sabe allí en Parma no hay otros uruguayos. Sus padres ahora se han vuelto al Uruguay y ella se quedó en Italia con su hermana, trabajando como empleada detrás de ese mostrador en un barcito de Parma. Quizás la historia la podría terminar con una imagen, con la imagen de su sonrisa cuando me respondió a una pregunta que le hice: - Y de Silvio Rodríguez, ¿tenés “Ojalá”? Entonces, se le iluminaron los ojos y me respondió: - Sí, tengo todo el CD. Y abandonó el mostrador para ir corriendo a poner su disquito con ¡Ojalá! Aprovecho el contarles esta historia para agradecer nuevamente esos dos regalos, esas dos sonrisas uruguayitas, la de Carina y la de Marcela, y les adjunto una foto, con una de las sonrisas: