DE FRENTE Y ESPALDAS
LA PINTURA DE CARLOS GORRIARENA

La pintura de Carlos Gorriarena


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DE FRENTE Y ESPALDAS


Una mirada sobre la obra de Carlos Gorriarena.

"En los '70, las imágenes desgarradoras de sus cuadros
traducen el clima de persecuciones que ahoga al país,
mientras que a partir de 1983, acude al sarcasmo
para mostrar un universo frívolo,
consumista y despiadado"
(Alberto Giudici).

Silvia Kuschnir - Rosario, Argentina

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PROVERBIOS Y CANTARES. SUR

Proverbios y cantares. Sur. Agustín Carlevaro

El lenguaje de la imagen,
imágenes de la palabra


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Proverbios y cantares


Si vivir es bueno,
es mejor soñar,
y mejor que todo,
madre, despertar.


Antonio Machado, Campos de Castilla,
Proverbios y cantares (LXXXI).

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Imágenes del Uruguay.

Música de Aníbal Troilo (Argentina): Sur
Interpretación y arreglo para guitarra: Agustín Carlevaro (Uruguay).

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Viaje a las Cataratas del Iguazú

Cataratas del Iguazú

El lenguaje de la imagen.
Imágenes de un viaje a las Cataratas del Iguazú.
Paisajes de Brasil, Paraguay y Argentina.

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Viaje a las Cataratas del Iguazú


Música: de Osvaldo Pugliese,
el tango "La Yumba",
por la Orquesta Filarmónica de Montevideo.

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UN VIAJE AL MAR
PUNTA DEL DIABLO

Punta del Diablo, Rocha, Uruguay

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Punta del Diablo, Rocha, Uruguay.

Presentación de Alicia Gaione

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COLORES DE LA CIUDAD:
EL BARRIO REUS

Barrio Reus, Montevideo, Uruguay

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Barrio Reus, Montevideo, Uruguay.

Presentación de Alicia Gaione

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TOBAS, MISERIA SIN FIN

Tobas, miseria sin fin
La espera. Leónidas Gambartes

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Chaco argentino
El bosque (que era) impenetrable


Mi colega y amiga Cristina Civale, autora del blog Civilización y Barbarie, del diario Clarín, me invita a acompañarla. No es la primera invitación que recibo, pero sí la primera que acepto. Rehusé viajar antes de las recientes elecciones, porque, obviamente, cualquier impresión escrita se habría interpretado como denuncia electoral. Y yo estoy convencido, desde hace mucho, de que la espantosa situación socioeconómica en que se encuentran los pueblos originarios del Chaco, y su vaciamiento sociocultural, no son mérito de un gobierno en particular de los últimos 30 o 40 años (los hubo civiles y militares;
peronistas, procesistas y radicales) sino de todos ellos.

Primero nos detenemos en Sáenz Peña, la segunda ciudad del Chaco (90 mil habitantes), para una visita clandestina -no pedida ni autorizada- al Hospital Ramón Carrillo, el segundo más importante de esta provincia. Civale toma notas y entrevista a pacientes indígenas en las salas de Tisiología, mientras yo recorro los pasillos mojados bajo las infinitas goteras de los techos, y miro las paredes rotas, despintadas y sucias, los patios roñosos y un pozo negro abierto y rebalsando junto a la cocina.

Aunque el frente del hospital está recién pintado, detrás hay un basural a cielo abierto en medio de dos pabellones. Vidrios y muebles rotos, escombros, radiografías, cascotes y deshechos quirúrgicos enmarcan las salas donde los pacientes son sólo cuerpos chupados por enfermedades como la tuberculosis o el Chagas. Me impresiona la mucha gente que hay tirada en los pisos, no sé si son pacientes o familiares,
lo mismo da.

Una hora después, en el camino hasta Juan José Castelli -población de 30 mil habitantes que se autocalifica "Portal del Impenetrable"- la desazón y la rabia se perfeccionan al observar lo que queda del otrora Chaco boscoso. Lo que fue imperio de quebrachos centenarios y fauna maravillosa, ahora son campos quemados, de suelo arenoso y desértico, con raigones por doquier esperando las topadoras que prepararán esta tierra para el festival de soja transgénica que asuela nuestro país.

Entramos -nuevamente por atrás- al Hospital de Castelli, que se supone atiende al 90 o 95 por ciento de los aborígenes de todo el Impenetrable. Lo que veo allí me golpea el pecho, las sienes, los huevos: por lo menos dos docenas de seres en condiciones definitivamente inhumanas. Parecen ex personas, apenas piel sobre huesos, cuerpos como los de los campos de concentración nazis.

Una mujer de 37 años que pesa menos de 30 kilos parece tener más de 70. No puede alzar los brazos, no entiende lo que se le pregunta. Cinco metros más allá una anciana (o eso parece) es apenas un montoncito de huesos sobre una cama desvencijada. El olor rancio es insoportable, las moscas gordas parecen ser lo único saludable, no hay médicos a la vista e impera un silencio espeso, pesado y acusador como el de los familiares que esperan junto a las camas, o tirados en el piso del pasillo, también aquí, sobre mantas mugrientas, quietos como quien espera a la Muerte, esa condenada que encima, aquí, se demora en venir.

Siento una furia nueva y creciente, una impotencia absoluta. Le pregunto a una joven enfermera que limpia un aparador vidriado si siempre es así. "Siempre", responde irguiéndose con un trapo sucio en la mano, "aunque últimamente han sacado muchos, desde que empezó a venir la tele".

Es flaquita y tiene cara de buena gente: se le ve más resignación que resentimiento. Son 44 enfermeros en todo el hospital pero no alcanzan para los tres turnos. Trabajan ocho horas diarias cinco días por semana y cobran alrededor de mil pesos los universitarios, y menos de 600 los contratados, como ella. Los días de lluvia los techos se llueven y esto es un infierno, dice y señala los machimbres podridos y los pozos negros saturados que revientan de mierda en baños y patios. Y todo se lava con agua, nomás,
porque "no tenemos lavandina".

Camino por otro pasillo y llego a Obstetricia y Pediatría. Allí todos son tobas. Una chiquilla llora ante su hijo, un saquito de huesos morenos con dos ojos enormes que duele mirar. Otra joven dice que no sabe qué tiene su nena pero no quiere que muera, aunque es obvio que se está muriendo. Hay una veintena de camas en el sector y en todas lo mismo: desnutrición extrema, mugre en las sábanas, miles de moscas, desolación y miedo en las miradas.

Después viajamos otra hora y el cuadro se hace más y más grotesco. Paramos en Fortín Lavalle, Villa Río Bermejito, las tierras allende el Puente La Sirena, los parajes El Colchón, El Espinillo y varios más. Son decenas de ranchos de barro y paja, taperas infames donde se hacinan familias de la etnia Qom (tobas). Todas, sin excepción, en condiciones infrahumanas.

Digan lo que digan, estas tierras -más de tres millones de hectáreas- fueron vendidas con los aborígenes dentro. Son varios miles y están ahí desde siempre, pero no tienen títulos, papeles, ni saben cómo conseguirlos. Los amigos del poder sí los tienen, y los hacen valer. El resultado es la devastación del Impenetrable: cuando el bosque se tala, las especies animales desaparecen, se extinguen.
Los seres humanos también.

Y aunque algunas buenas almas urbanas digan lo contrario, y se escandalicen ciertas dirigencias, en el ahora ex Impenetrable chaqueño palabras duras como exterminio o genocidio tienen vigencia.

Desfilan ante nuestros ojos enfermos de tuberculosis, Chagas, lesmaniasis, niños empiojados que sólo han comido harina mojada en agua, rodeados de perros flacos, huesudos y ojerosos como sus dueños. Se llaman Margarita, Nazario, Abraham, María y lo mismo da. Casi todos dicen ser evangelistas, de la Asamblea de Dios, de la Iglesia Universal, de "los pentecostales" o "los anglicanos". Involuntariamente irónico, evoco a Yupanqui: "Por aquí, Dios no pasó".

Al caer la tarde estoy quebrado, roto, y sólo atino a borronear estos apuntes, indignado, consciente de su inutilidad. Al partir de regreso veo en un caserío un cartel deshilachado por el sol:
"Con la fuerza de Rozas, vote lista 651".

Y en la pared de un rancho de barro, seguramente infestada de vinchucas, veo un corazón rojo como el de los pastores mediáticos brasileños de "Pare de sufrir". Abajo dice:
"Chaco merece más. Vote Capitanich"

A unos 400 kilómetros de aquí el escrutinio final de las elecciones avanza lenta, nerviosamente. En alguna oficina el ministro de Salud de esta provincia seguirá negando todo esto, mientras el gobernador se prepara para ser senador y vivir en Buenos Aires, bien lejos de aquí, como casi todos los legisladores.
¡Nunca antes, el Chaco ni este país me habían dolido tanto!

Mempo Giardinelli

[Enviado por Red Latina Sin Fronteras]
Tobas, miseria sin fin

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EL MINERO DEL DIABLO
EN EL CERRO DE POTOSI

El minero del diablo. Documental. Bolivia

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EL MINERO DEL DIABLO

Dirección: Richard Ladkani , Kief Davidson.
Alemania/España. 2005.
Documental. Duración: 1h20’.

Trata la historia de Basilio Vargas de 14 años y su hermano de 12 años Bernardino, quienes trabajan en las minas de plata bolivianas del Cerro Rico de Potosí, que se remonta al decimosexto siglo. Por los ojos de estos dos niños, se verá el mundo de los mineros.

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La película también puede verse, en función continuada,
en la Sala Yucatán de esta página.

Llegamos a esta película gracias a una propuesta de Añay

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PABLO NERUDA
TE RECUERDO COMO ERAS

Pablo Neruda. Poema VI. Te recuerdo como eras

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Poema VI - Te recuerdo como eras
en Veinte poemas de amor y una canción desesperada
de Pablo Neruda.


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POEMA VI
Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.

Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.

Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.

Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.


Pablo Neruda

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Presentación realizada por Betty - Córdoba, Argentina.

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JULIO PANTOJA
LAS MADRES DEL MONTE

Julio Pantoja. Las madres del monte

Norte de Argentina, 2005-2007

En Argentina se desmonta una hectárea cada dos minutos,...
Miles de personas, animales y especies vegetales
están siendo desplazados o llevados a la muerte ...
como en otras experiencias de resistencia ...
mujeres indígenas y criollas, desde organizaciones campesinas,
asambleas de autodefensa o incluso desde la soledad más adversa,
como cumpliendo algún mandato atávico que les ordena poner el cuerpo,
se ponen en pie de guerra y con diferentes modos de lucha defienden
la fuente de vida: la tierra y el monte que las rodea.
Julio Pantoja

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Julio Pantoja
Las madres del monte


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CARTA DE UNA MUJER MAPUCHE

Carta de una mujer mapuche


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CARTA DE UNA MUJER MAPUCHE

Presentación de Athos - Rosario, Argentina.

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MARIO BENEDETTI - PAPEL MOJADO
Presentación

Papel mojado. Mario Benedetti

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PAPEL MOJADO


Lilian Panduro - Lima, Perú

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WILLIAM LUNA
HUAYNO

William Luna. Valicha. Huayno

VALICHA


Valicha es un huayno,
expresión musical popular para transmitir emociones
como el sentimiento hacia Valeriana (diminutivo Valicha).
Este tema habla del amor que sentía el profesor hacia la joven
y es un baile que representa la coquetería femenina,
el galanteo del hombre, su acercamiento para enamorarla
y finaliza con el zapateo,
que es la manifestación de alegría por la conquista.
El tema musical es una versión estlizada de William Luna,
la versión bailable es más alegre.

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WILLIAM LUNA - VALICHA
Frida Perea

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