Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca,
voy dibujándola como si saliera de mi mano,
como si por primera vez tu boca se entreabriera,
y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar,
hago nacer cada vez la boca que deseo,
la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara,
una boca elegida entre todas,
con soberana libertad elegida por mí
para dibujarla con mi mano en tu cara,
y que por un azar que no busco comprender
coincide exactamente con tu boca
que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras,
cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope,
nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan,
se acercan entre sí,
se superponen y los cíclopes se miran,
respirando confundidos,
las bocas se encuentran y luchan tibiamente,
mordiéndose con los labios,
apoyando apenas la lengua en los dientes,
jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene
con un perfume viejo y un silencio.
Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo,
acariciar lentamente la profundidad de tu pelo
mientras nos besamos como si tuviéramos la boca
llena de flores o de peces,
de movimientos vivos,
de fragancia oscura.
Y si nos mordemos el dolor es dulce,
y si nos ahogamos en un breve
y terrible absorber simultáneo del aliento,
esa instantánea muerte es bella.
Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura,
y yo te siento temblar contra mí
como una luna en el agua.
Quiero quedarme en medio de los libros vibrar con Roque Dalton con
Vallejo y Quiroga
ser una de sus páginas
la más inolvidable
y desde allí juzgar al pobre mundo
no pretendo que nadie me encuaderne
quiero pensar en rústica
con las pupilas verdes de la memoria franca
en el breviario de la noche en vilo
mi abecedario de los sentimientos
sabe posarse en mis queridos nombres
me siento cómodo entre tantas hojas
con adverbios que son revelaciones
sílabas que me piden un socorro
adjetivos que parecen juguetes
quiero quedarme en medio de los libros
en ellos he aprendido a dar mis pasos
a convivir con mañas y soplidos vitales
a comprender lo que crearon otros
y a ser por fin este poco que soy.
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Arte cubano
ARTISTAS ANGEL LLOPIS
DIANA PIQUE
DOMINGO RAVENET
EDUARDO ABELA
FÉLIX RENÉ MEDEROS
GISACHY SAURA HUET
GUIDO ASENJO PUEBLA
HUMBERTO VIÑAS
INALBIS MATOS COLUMBIÉ
JOSÉ FUSTER
JOSÉ GARCÍA MONTEBRAVO
JOSÉ GONZÁLEZ SILVA
JOSÉ MIJARES
JULIO SUÁREZ MACHÍN
JULIO TRUJILLO
LEANDRO NOA SOTOLENGO
MIDO MATOS CARCASÉS
MIGUEL FLORIDO
ROEL CABOVERDE YACER
RUPERTO JAY MATAMOROS
SANDRA DOOLEY
Roel Caboverde Yacer, Trovador
Presentación de Celeste - Paraná, Entre Rios Argentina.
GRIPE A - NIÑOS, ALTURA Y DESNUTRICION 3 de cada 10 chicos/as salteños son petisos por desnutrición
En Argentina el Ministerio de Salud confirmó el martes 14 de julio que murieron 137 personas a causa de la gripe A y los fallecimientos ya superaron a los que se produjeron en México en donde, hasta ahora, hubo 124 decesos a causa de la gripe A H1N1. La pandemia de gripe A no es ni un invento ni una enfermedad menor.
Una de las manías del periodismo –que deberían evitarse– es minimizar un problema comparándolo con otro problema. Y a la gripe A no hay razones para minimizarla, sino, al contrario, para pensar medidas de prevención: que las embarazadas cuenten con licencia laboral y las madres con hijos en edad escolar también puedan faltar para cuidar a sus hijos/as sin escuela, que se aumenten las medidas de higiene en transportes y oficinas, que se puedan fabricar otros medicamentos sin depender de la patente de los grandes laboratorios y que todos los habitantes puedan acceder a agua potable y a jabón para poder lavarse las manos, como dice la regla número 1 de la prevención de la nueva gripe.
Sin embargo, la atención prestada a la gripe A H1N1 puede servir –sin opacarla– para priorizar también otros temas de salud pública olvidados. Por ejemplo, la mortalidad infantil que –por primera vez desde la década del noventa– aumentó el año pasado y tiene una de sus principales causas en la bronquiolitis, que es una enfermedad evitable (en muchos casos) y tratable con un sistema de atención de salud que pueda estar disponible para las enfermedades invernales que atacan principalmente a bebés o infantes.
Otro dato que no aparece en la prioridad de la agenda política ni mediática es que, al menos, siete de cada diez niños/as y adolescentes en situación de pobreza no tienen ni luz, ni gas, ni agua potable, por lo que están mucho más vulnerables a sufrir frío o no poder higienizarse. Además, dos de cada diez niños/as sufren “con mucha frecuencia” la falta de un plato de comida, según el Barómetro (2007 / 2008) de la Deuda Social de la Infancia, elaborado por la Universidad Católica Argentina, en un relevamiento sobre 2500 hogares.
La pobreza no es una tristeza latente. Es un gatillo que mata, como la gripe y como las armas. Un niño wichí, de dos años (hijo de un cacique de esa comunidad) murió por desnutrición en General Mosconi, Salta, según denunció la Asociación de Abogados de Derechos Indígenas de la Argentina. En la misma provincia, los médicos denuncian que uno de cada tres niños/as están desnutridos/as y los llaman “enanos nutricionales” porque tienen menos altura por falta de alimentación adecuada. “Ni repelente, ni oseltamivir, a estos chicos les falta olla”, le dijo Gladys Pernas, la jefa del Servicio de Recuperación Nutricional del Hospital de Niños Jesús de Praga de la ciudad de Salta, al periodista Mauro Federico del diario Crítica. El equipo que ella dirige relevó 2000 casos durante los últimos 24 meses y comprobó que el 33 por ciento de los chicos y chicas tenía una talla y un peso inferior al que corresponde por la edad. Sin embargo, las autoridades dicen que la falta de estatura normal no es por las consecuencias físicas de la desnutrición sino por consecuencias raciales. Una manera de seguir sin mirar –ni remediar– la desnutrición olvidada.
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PABLO NERUDA
Oda a los trenes del sur
Trenes del Sur, pequeños
entre
los volcanes,
deslizando
vagones
sobre
rieles
mojados
por la lluvia vitalicia,
entre montañas
crespas
y pesadumbre
de palos quemados.
Oh
frontera
de bosques goteantes,
de anchos helechos, de agua,
de coronas.
Oh territorio
fresco
recién salido del lago,
del río,
del mar o de la lluvia
con el pelo mojado,
con la cintura llena
de lianas portentosas,
y entonces
en el medio
de las vegetaciones,
en la raya
de la multiplicada cabellera,
un penacho perdido,
el plumero
de una locomotora fugitiva
con un tren arrastrando
cosas vagas
en la solemnidad aplastadora
de la naturaleza,
lanzando
un grito
de ansia,
de humo,
como un escalofrío
en el paisaje!
Así
desde sus olas
los trigales
con el tren pasajero
conversan como
si fuera
sombra, cascada o ave
de aquellas latitudes,
y el tren
su chisperío
de carbón abrasado
reparte
con oscura
malignidad
de diablo
y sigue,
sigue,
sigue,
trepa el alto viaducto
del río Malleco
como subiendo
por una guitarra
y canta
en las alturas
del equilibrio azul
de la ferretería,
silba el vibrante tren
del fin del mundo
como
si
se despidiera
y se fuera a caer donde
termina
el espacio terrestre,
se fuera a despeñar entre las islas
finales del océano.
Yo voy contigo,
tren, trepidante
tren
de la frontera:
voy a Renaico,
espérame,
tengo que comprar lana en Collipulli,
espérame, que tengo
que descender en Quepe,
en Loncoche, en Osorno,
buscar piñones, telas
recién tejidas, con olor
a oveja y lluvia...
Corre,
tren, oruga, susurro,
animalito longitudinal,
entre las hojas
frías
y la tierra fragante,
corre
con
taciturnos
hombres de negra manta,
con monturas,
con silenciosos sacos
de papas de las islas,
con la madera
del alerce rojo,
del oloroso coigue,
del roble sempiterno.
Oh tren
explorador
de soledades,
cuando vuelves
al hangar de Santiago,
a las colmenas
del hombre y su cruzado poderío,
duermes tal vez
por una noche triste
un sueño sin perfume,
sin nieves, sin raíces,
sin islas que te esperan en la lluvia.
inmóvil
entre anónimos
vagones.
Pero
yo, entre un océano
de trenes,
en el cielo
de las locomotoras,
te reconocería
por
cierto aire
de lejos, por tus ruedas
mojadas allá lejos,
y por tu traspasado
corazón que conoce
la indecible, salvaje,
lluviosa,
azul fragancia!
- Permiso, puedo pasar...??
- Traje invitación, un regalito y la torta.
- Dónde está el administrador?
- Yo vine a desearle éxito en su nuevo emprendimiento del blog,
y a darle las gracias por el magnífico puente de hermandad
latinoamericana que nos ha tendido.
Un gran abrazo sureño para el Sr Héctor Tierno!!
Alicia «-»
En realidad no escribió, sino que
primero apoyó la torta en una mesita,
luego hizo igual con su sombrerito y sus guantes,
y fue ahí que dijo "Permiso",
mostrando su invitación muy ufana.
Finalmente agregó sonriente:
"Traje esta torta y un regalito".