Fantasías. Cabalgando cometas he aprendido a soñar

Fantasías. Cabalgando cometas he aprendido a soñar


Al final de este viaje en la vida quedará
nuestro rastro invitando a vivir.

Silvio Rodríguez, “Al final de este viaje”

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La calesita volante
Juegos del Parque Rodó,
Montevideo

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Nuevas fantasías

Fantasías,
relatos cortos,
lecturas breves,
pocas palabras,
como para picar,
pero no antes de la cena,
sino por la noche,
poco antes de dormir,
con el augurio de muy felices sueños.


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Cometas y barriletes

Cabalgando cometas,
he aprendido a soñar.
Y a veces pasa que uno anda caminando
y se encuentra con gente
y un simple encuentro hace de ese día
un día demasiado.
Porque hay días tristes
y días normales,
días buen día
y buenos días demasiado.
Y quizás el soñar sea eso,
el soñar tierra y el soñar cielo.
Y quizás el encontrarse sea eso,
convidar sueños.


«-»

Vuela que vuela,
la niña en la rayuela,
para al cielo
su vida entera llevar.
Tira que tira,
el niño a la cometa,
para el cielo
a la tierra traer,
tira que tira,
la cometa a los niños,
para la tierra
al cielo llevar.


«-»

¡Cuántas palabras
para el mismo juguete!
¡Cuántos mensajes
con los mismos sueños!
¡Cuántos colores
en el mismo cielo!
¡Cuántos sueños
en la misma tierra!


«-»

Barrilete
y tonelete,
cambucha
y piscucha,
chichigua
y chiringa.
¡Cuántas palabras
para el mismo juguete!


«-»

Lechuza y papagayo,
pájara y pandorga,
papalote, como la mariposa,
y papelote, mariposa de papel.
¡Cuántos colores
en el mismo cielo!


«-»

Cachirulo
y abilucho,
pandero
y papaventos.
¡Cuántos mensajes
con los mismos sueños!


«-»

Capuchina, la pequeñita,
y estel, la estrella,
volador
y volantín.
¡Cuántos sueños
en la misma tierra!


«-»

¡Cuántos colores
en el mismo cielo!
¡Cuántas palabras
para el mismo juguete!
Cometas y papalotes,
todo es un juego
que quiero aprender.
¡Cuántos sueños
en la misma tierra!

¡Cuántos mensajes
con los mismos sueños!
Todo es un un sueño
al que quiero jugar,
esos mismos sueños
que no quiero olvidar.


«-»

Boga que boga,
el barquito,
en la fuente
abriendo horizontes;
boga que boga,
el capitancito,
soñando su fuente
hecha mar.


«-»

Rueda que rueda,
al compás niño,
todos de la mano
y sin tirar,
rueda que rueda,
pañuelitos blancos,
manos y pies libres,
ese es el compás.


«-»


Zumba que zumba
la abeja alrededor.
Dame tu vuelo
–dice la flor–.

Dame tu dulzura,
quisiera tu frescura,
–susurra la abeja–
tu vida y tu color.


«-»

Vuela que vuela,
la niña en la rayuela,
tira que tira,
el niño a la cometa,
para el cielo
a la tierra traer,
para la tierra
al cielo llevar.


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El trencito de lata

Subo al tren y me siento junto a la ventanilla. Ya de viaje miro los campos y las montañas. Converso con la señora que está sentada frente a mí; me cuenta que va a ver a su hijo que vive en Horizonte. Y recuerdo a mi madre que me había regalado un trencito para mi cumpleaños. Era un trencito de lata, a cuerda, con una locomotora y dos vagones, que viajaba sobre el pequeño círculo que formaban las vías.

Yo era muy chico en aquel entonces y el paisaje, las barreras, los túneles, la estación y la gente y todo cuanto veía en el pueblo donde me llevaba el trencito estaban sólo en mi mirada; olvidaba que mi trencito giraba siempre en su pequeño círculo e imaginaba que iba muy lejos, que se perdía en el horizonte, y yo viajaba en él y llegaba a otros pueblos y conocía a otros niños.

Un día a mi trencito se le rompió la cuerda. Me dolió mucho porque sin él ya no podría viajar hacia el horizonte y hoy me duele mucho más por mi madre, que me lo había regalado para que yo pudiera soñar.

«««-»»»

Coplas del trencito

Corre que corre,
el trencito de lata,
girando veloz
con sus vagones;
pita que pita,
la locomotora,
viajando sin tiempos
hacia el horizonte.


«-»


Ríe que ríe,
el niño-mago,
jugando a la escondida
aparece y desaparece.
‘Está’ ‘no está’ –le digo,
ríe que ríe
–dice el mago,
oculto y transparente.


«-»

Gira que gira,
el trompito,
con todas sus fuerzas
hasta el final;
zumba que zumba,
risueño y panzón,
envuelvo la cuerda
y lo vuelvo a lanzar.


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Sube que sube,
la cartita,
¡barrilete cartero
no la vayas a perder!
Llevo que llevo,
tu mensaje,
¡ven conmigo, y no te olvides,
con tu pueblo, ven!


«-»

Boga que boga,
el barquito,
en la fuente
abriendo horizontes;
boga que boga,
el capitancito,
soñando su fuente
hecha mar.


«««-»»»

Salta que salta
como la ranita,
baila que baila
manos al cielo.
Rueda que rueda,
al compás niño,
todos de la mano
y sin tirar,
rueda que rueda,
pañuelitos blancos,
manos y pies libres,
ese es el compás.


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Acompañando al río
Ponte a Ema,
Florencia, Italia

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Cabalgando cometas, he aprendido a soñar



Cabalgando cometas, he aprendido a soñar

audiovisual duración 6'52"

Cabalgando cometas

Música y esperanzas de ayer y de hoy:
- la pintura de Antonio Berni (Argentina)
- la música del grupo Negrita (Italia).

¡Qué grande que es el mundo y qué pequeño,
qué lejos los amigos y qué cerca!

Líber Falco (Uruguay)

Música:
Ho imparato a sognare (He aprendido a soñar),
por el grupo Negrita

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Ho imparato a sognare

Ho imparato a sognare,
che non ero bambino
che non ero neanche un' età.

Quando un giorno di scuola
mi durava una vita
e il mio mondo finiva un po là.

Tra quel prete palloso
che ci dava da fare
e il pallone che andava
come fosse a motore.

C'era chi era incapace a sognare
e chi sognava già.

Ho imparato a sognare,
e ho iniziato a sperare
che chi cha davere, avrá.

Ho imparato a sognare
quando un sogno è un cannone,
che se sogni
ne ammazzi metà.

Quando inizi a capire
che sei solo e in mutande,
quando inizi a capire
che tutto è più grande,
c'era chi era incapace a sognare
e chi sognava già.

Tra una botta che prendo
e una botta che dò
tra un amico che perdo
e un amico che avrò,
che se cado una volta

una volta cadrò
e da terra, da lì m'alzerò.

C'è che ormai che ho imparato a sognare,
non smetterò.

Ho imparato a sognare,
quando inizi a scoprire
che ogni sogno
ti porta più in là.

Cavalcando aquiloni,
oltre muri e confini,
ho imparato a sognare da là.

Quando tutte le scuse
per giocare son buone
quando tutta la vita
è una bella canzone,
c'era chi era incapace a sognare
e chi sognava già.

Tra una botta che prendo
e una botta che dò
tra un amico che perdo
e un amico che avrò,
che se cado una volta
una volta cadrò
e da terra, da lì m'alzerò.

C'è che ormai che ho imparato a sognare,
non smetterò.


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He aprendido a soñar

He aprendido a soñar,
que no era ni siquiera un niño
que no era ni siquiera una edad.

Cuando un día de escuela
me duraba una vida
y mi mundo acababa casi allá.

Entre el cura aburrido
que nos daba el deber
y la pelota que iba
como andando a motor.
Había quien era incapaz de soñar
y quien sueños los tenía ya.

He aprendido a soñar,
y he empezado a esperar
que quien debe tener, tendrá.

He aprendido a soñar
cuando un sueño es cañón,
que si sueñas
matas la mitad.

Cuando a entender empiezas
que estás solo y desnudo,
cuando a entender empiezas
que todo es más grande,
había quien era incapaz de soñar
y quien sueños los tenía ya.

Entre golpe que tomo
y un golpe que doy
entre amigo que pierdo
y un amigo que habré,
y si caigo una vez
una vez caeré
y del suelo, de allí, levantaré.

Y es que ya que he aprendido a soñar,
ya jamás dejaré.

He aprendido a soñar,
cuando a descubrir empiezas
que cada sueño
te lleva más allá.

Cabalgando cometas,
más allá de fronteras y muros,
he aprendido a soñar, desde allí.

Cuando cualquier excusa
para jugar es buena,
cuando toda la vida
es una bella canción,
había quien era incapaz de soñar
quien sueños los tenía ya.

Entre golpe que tomo
y un golpe que doy
entre amigo que pierdo
y un amigo que habré,
si caigo una vez
una vez caeré
y del suelo, de allí, levantaré.
Y es que ya que he aprendido a soñar,
ya jamás dejaré.


Colores de la tierra
cerámica raku


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