MARIO BENEDETTI - NO TE SALVES


Luis Camnitzer - Sin título - 1957
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NO TE SALVES

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo


Mario Benedetti,
publicado en Poemas de otros (1974)

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No te salves
en la voz de Mario Benedetti.

"No te salves", se puede escuchar también en
Un abrazo, Mario - Benedetti - Sonata para adiós


Para la muerte de Mario Benedetti, junto al abrazo a la distacia,
acompañé el audiovisual con estos comentarios:

Una presentación abrazo. Abrazo a Mario Benedetti,
abrazo a su humanidad y a sus sueños,
un abrazo con tanta gente.

Un abrazo al escritor enamorado de sus personajes,
enamorado de la gente, enamorado de la vida.

Un abrazo al uruguayo de nacionalidad, que lo fuera hasta el último momento; al latinoamericano, al vagabundo con tantas llaves, en Argentina, en Perú, en Cuba, en España, en toda América; al soñador sin banderas, al que supo hablar sereno con sus amigos y denunciar tajante la injusticia en cualquier parte.

Todo nació de mis ganas de estar allí, de darle el útimo abrazo a Mario Benedetti. Pero mientras pensaba en las imágenes (la mayoría son del Uruguay, que ya he usado en otras presentaciones), a medida que iba organizando mis sentimientos, me di cuenta que el título "Un abrazo, Mario" adquiría una nueva resonancia. Porque no era mi abrazo, era un abrazo de tantos, y porque era el abrazo de Mario Benedetti a sus amigos. Y pensando en esta nueva resonancia, no supe qué hacer. La dificultad no fue mi nudo en la garganta, sino los tantos nudos, los tantos amigos de Benedetti que compartieron sus sueños.

Primera parte - Sonata para adiós y flauta

Era una dificultad que seguramente no podía superar; seguramente habría habido abrazos y amigos sin mencionar, y me di cuenta que éste era un defecto grave. Al final opté por lo que una vez dijera Eduardo Galeano, no quiero palabrear lo sagrado, y le pedí a Viglietti que cantara en nombre del pueblo uruguayo, a Mercedes Sosa que lo hiciera en nombre de América Latina y a Tania Libertad que lo hiciera vagabundeando codo a codo por el mundo, como había hecho Mario Benedetti.

Las poesías "Te quiero" y "No te salves" me parecían indicios claros del sentir de Benedetti y de nuestros sueños, y la "Sonata para adiós y flauta" se la quise devolver como último saludo, como su último abrazo.

Y ¿por qué Circe Maia,
por qué los desaparecidos?

Y ¿por qué Federico García Lorca,
por qué Antonio Machado
y Miguel Hernández
que hace tanto que han muerto?

Porque seguramente todos ellos eran sus amigos, los de siempre y los de ayer, los de España y los de Casa de las Américas, sus desaparecidos del Uruguay o los también suyos de las Madres de Plaza de Mayo de la Argentina, porque seguramente todos ellos querían darle el último abrazo, porque seguramente los que no podían estar estuvieron, están;
porque seguramente sigue el caminar,
aunque abrazando flotemos
como corchos en el agua.

Segunda parte - Melancólico

En la segunda parte intenté con imágenes resumir todo esto, con los mismos defectos que ya he dicho.
En esta parte conclusiva me escondí entre tanta gente que estaba allí para el último abrazo, dejando que la Orquesta Filarmónica de Montevideo se encargara de una cosa para mí demasiado grande.

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Primera parte - Música (fragmentos) e intérpretes:
El vals de la duna, Otra voz canta, por Daniel Viglietti
Te quiero (poesía de Mario Benedetti), por Tania Libertad
Canción con todos, por Mercedes Sosa

Primera parte - Audio - Poesías recitadas por Mario Benedetti:
No te salves
Sonata para adiós y flauta


Segunda parte - Música:
Melancólico, por la Orquesta Filarmónica de Montevideo

Nota: Mario Benedetti no cantaba para no provocar temporales (no se dio cuenta que igual los provocaba), prefirió que sus obras las cantaran artistas como Nacha Guevara, Luis Pastor, Joan Manuel Serrat, Rosa León, Tania Libertad.

Segunda parte - Texto de las poesías de Mario Benedetti:
Te quiero
No te salves
Sonata para adiós y flauta


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